Pa Negre, con nueve premios, triunfa en la gala de los Goya

VillarongaPa negre fue la gran triunfadora de la XXV  edición de los Premios Goya al conseguir nueve de los catorce trofeos a los que optaba, entre ellos los de mejor película, director –Agustí Villaronga-, reparto femenino –la actriz protagonista Nora Navas y Laia Marull como intérprete de reparto-, intérpretes revelación –los jovencísimos Marina Comas y Francesc Colomer- y guión adaptado, firmado por el propio Villaronga, para quien “después de ser durante muchos años un bicho raro”, agradeció mucho los premios “que me hacer formar parte de esta familia”, manifestó el cineasta mallorquín.

Podía pasar cualquier cosa y sucedió que el nombre propio de los  Goya 2011 fue la cinta catalana Pa negre, que dejó pocas posibilidades a sus principales rivales. Balada triste de trompeta, de Álex de la Iglesia,  acabó la noche con dos premios –efectos especiales realizados por Reyes Abades y Ferrán Piquer, y la peluquería de José Quetglas, Pedro Rodríguez y Nieves Sánchez Torres-, uno menos que el título de Icíar Bollaín, También la lluvia -música original de Alberto Iglesias, dirección de producción e interpretación masculina de reparto para Karra Elejaldre-. También salió con tres galardones del Teatro Real Buried-Enterrado,  de Rodrigo Cortés –sonido, guión original del norteamericano Chris Sparling y montaje para su autor, Cortés-.

La otra gran favorita de la noche, Biutiful, consiguió el Goya al mejor actor protagonista para nuestro embajador en el mundo: Javier Bardem, que se llevó a casa su quinto busto. No fue el único que tuvo que hacer espacio en la vitrina porque, tanto el especialista de efectos especiales Reyes Abades como el músico Alberto Iglesias, renovaron su condición de ‘señores que siempre recogen un Goya’ al lograr, cada uno, su noveno premio. Laia Marull  tampoco salió mal parada porque recibió su tercer reconocimiento de la Academia.

Veinticinco años dan para mucho. La película empezó a las diez de la noche contando lo que pasó realmente en la última noche de los Goya anteriores. A Buenafuente le habían disparado y solo tenían dos horas, que en realidad fueron tres, para presentar la ceremonia que celebró los 25 años de esos galardones,

aniversario que tuvo como marco el Real, donde el showman apareció de blanco inmaculado, desde el cielo, y arropado por primeras figuras del celuloide nacional en un divertido montaje audiovisual sobre el cine español de los últimos años.

Cadena de Goyas

Cadena de estatuillas para una producción rodada en catalán y ambientada en la postguerra de una Cataluña rural. Pa negre se coronó en una edición en la que dos veces se pronunció Lope, cuando se anunciaron los Goya a diseño de vestuario y canción original compuesta por el uruguayo Jorge Drexler.

No hubo sorpresas en el Goya a Javier Bardem, por Biutiful, trabajo llevado al límite que le puede dar su segundo Oscar. Ya le ha valido al internacional canario su quinto Goya. Se lo comunicaron Pilar López de Ayala, Lola Dueñas, Ariadna Gil y Mercedes Sampietro. “Esto es un abrazo de cariño y de apoyo de mi profesión y eso es lo más importante”. El mejor protagonista del año para los académicos  compartió el trofeo con los otros tres “actorazos” candidatos – su buen amigo Luis Tosar, Antonio de la Torre y Ryan Reynolds- y se lo dedicó “a mi mujer y mi hijo por despertarme todos los días el corazón y la sonrisa”, declaró el que ya el intérprete más galardonado de la historia, quien repitió que “nunca me he casado con la victoria ni con la derrota, solo con el trabajo”.

Andrés Pajares, Juan Luis Galiardo, Eduard Fernández y Alberto San Juan presentaron el Goya a la mejor interpretación femenina, que tuvo como destinataria a Nora Navas, que ya sabe lo que es ganar premios porque se llevó la Concha de Plata del Festival de San Sebastián por este mismo papel. “¡Que bonito! Un sueño. Gracias Agustí, es muy fácil contigo abrirse en canal”.

Karra Elejalde, nuevo en el evento, se llevó el de mejor interpretación masculina de reparto.  No se olvidó de sus rivales Eduard Fernández, Álex Angulo y Sergi López. “Tenéis una porción muy gordo de don Francisco. Este Goya lo pago yo”. Contento, sorprendido y agradecido, el intérprete vasco también tuvo palabras para Icíar Bollaín –“te quiero, me has dado la vida de nuevo-; para su familia; y hasta mencionó al gato de su hija. El “chute de adrenalina” le llevó de nuevo a don Francisco “vente conmigo que lo vamos a pasar de cine”.

En su versión femenina, esta distinción fue para la catalana Laia Marull, que cada vez que ha sido candidata ha salido ganadora. Al reconocimiento de Pa negre suma los obtenidos como actriz revelación –Fugitivas– y protagonista –Te doy mis ojos-.

Los Goya revelación de esta convocatoria fueron para la jóvenes Marina Comas y Francesc  Colomer, por Pa negre. La primera se emocionó tanto que no podía hablar. “Es que no puedo, no puedo”, mientras que Colomer, más suelto, dio las gracias a todo el equipo de esta historia que supone su debut en la gran pantalla.

Declaración de amor de Maragall

Se fueron abriendo los sobres y se premió el mejor guión original del norteamericano Chris Sparling por Buried-Enterado y el estreno como director de Pablo Pinillos, Bon appetit.

En el palmarés también sacaron plaza la película documental Bicicleta, cuchara, manzana, con Pasqual Maragall que se llevó uno de los aplausos más cariñosos de la ceremonia y a quien le sonó el móvil en el escenario, desde donde hizo toda una declaración de amor a su esposa, Diana Garrigosa. “Sin Diana no hay Pasqual. Estoy en unas condiciones estables gracias a ella y a mi doctora Teresa Gómez Isla”; el largo de animación Chico y Rita, el primero de este género que dirige Fernando Trueba; el filme continental  El discurso del rey; y la cinta chilena de Matías Bize La vida de los peces.

Y de los largos a los cortos ganadores: Una caja de botones, de María Reyes –ficción-, a quien el premio le llevó hasta a cantar; Memorias de un cine de provincias, de Ramón Margareto –documental-; y La bruxa, de Pedro Solís García –animación-.

Llegó el momento del único que se sabia ganador: el director y guionista cántabro Mario Camus. Arropado por Ana Belén, Sancho Gracia y Reyes Abades, el Goya de Honor de esta convocatoria fue recibido con el patio de butacas puesto en pie y aplaudiendo. Camus se quitó las gafas y agradeció a la Academia esta distinción y evocó a los cineastas de su generación  y a los numerosos profesionales que le han acompañado a lo largo de sus cinco décadas de carrera.

Muchos años más

Tal y como prometió el maestro de ceremonias, Andreu Buenafuente ‘resucitó’ y amenizó al personal con parodias, bromas y algún que otro comentario al desencuentro entre el todavía máximo representante de la institución y la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde. De la Iglesia pronunció el tradicional discurso de bienvenida, que en esta ocasión era muy esperado. En el que es el acto más importante del cine español, el cineasta vasco echó la vista 25 años atrás, cuando un grupo de profesionales crearon la Academia. “Estaban juntos a pesar de sus diferencias. Felicito a los fundadores de la Academia, a los presidentes y vicepresidentes. Puede parecer que ahora estamos separados, pero estamos en lo mismo: la defensa del cine. Tenemos que caminar juntos en la diferencias y hasta en la divergencia. Hacemos mucho ruido, pero es que está vez hay muchas nueces No es una discusión en vano, ni frívola ni precipitada”.

En su última intervención como presidente manifestó que una película no es una película” hasta que alguien se siente delante y la ve. Sin público esto no tiene sentido. Dicen que he provocado una crisis, que en griego significa cambio o proceso. De las decisiones que tomemos  dependerá todo”. Continuó haciendo hincapié en que las reglas del juego han cambiado, que Internet es el presente y que no hay que tenerle miedo “porque es la salvación de nuestro cine. Tenemos que adaptarnos a un nuevo modelo de mercado”.

De la Iglesia volvió a destacar lo importante que es poder hacer cine, “de crear mundos, una inmensa suerte que tenemos 30.000 personas. Fabricamos sueños y tenemos que estar a la altura del privilegio que la sociedad nos ofrece”.

Aunque todavía no le conoce, ya quiere al nuevo responsable de la Academia, donde dijo haber pasado los dos años “más felices de mi vida. Trabajar para los demás es una experiencia extraordinaria por muy duro que resulte en un principio y al final…Han sido 25 años muy buenos, nos quedan muchos más”.

Buenafuente cumplió su prometido y “desestresó” un poquito con sus bromas sobre las descargas legales y la dimisión de la Iglesia, sus felicitaciones a Bardem por su paternidad -“la pena es que ya han quitado el cheque regalo”- y su aparición como dibujo animado.

En la retina de los espectadores también quedó el musical hecho a la medida de Luis Tosar, que cantó su versión particular de ‘Bailar pegados’ de Sergio Dalma. Al más puro estilo Broadway, el lucense que se movió como pez en el agua, Paco León Axiar Etxeandia,  Hugo Silva, Fernando Guillén, Imma Cuesta y Laura Pamplona, animaron al personal con un número en línea del que se escuchó y vio en El otro lado de la cama.

No se olvidó la Academia del que fue su presidente de honor y cofundador, el maestro Luis García Berlanga, al que dedicó un especial recuerdo y homenajeó junto a los profesionales del medio que este años nos dijeron adiós.

Pisando fuerte

La lluvia fue una incómoda protagonista de la noche. Los meteorólogos acertaron en sus predicciones. Agua y paraguas hicieron su aparición a la vez y por la extensa alfombra roja desplegada pasaron nuestras estrellas con sus mejores galas. Algunas sobrias, otras más extravagantes y todas elegantes y guapas. Tonos naturales, azules eléctricos, el impactante rojo y el siempre agradecido negro fueron los colores dominantes en esta pasarela de cine en la que  causaron sensación los atuendos de Dior, Gucci, Pedro del Hierro, Lorenzo Caprile, Hannibal Laguna, Dolores Promesas, Carolina Herrera, Cortana, Elie Saab, Roberto Cavalli Armani, Jesús del Pozo Juanjo Oliva, Óscar de la Renta, Dolce&Gabanna, Miriam Ocáriz, Carolina Herrera NY y Felipe Varela, entre otros conocidos diseñadores españoles y extranjeros, y en la que no faltaron las plumas, la pedrería y algún que otro encaje.

Entregadores, candidatos, invitados y cuatro ministros –Ángeles González Sinde, Leire Pajín, Elena Salgado  y Miguel Sebastián- hicieron el paseíllo, en el que la mayoría de los flashes fueron para Adriana Ugarte, Imma Cuesta,  Verónica Forqué, Marisa Paredes, María Valverde, Buenafuente -con gafas rojas a juego con la alfombra-, Ana Belén, Lydia Bosch, Nawja Ninri, Bárbara Lennie,  Ana Alvárez, Nora Navas, Pilar López Ayala, Leonor Watling, Elena Anaya, Natasha Yarovenko, Belén Rueda, Maribel Verdú, Anne Igartiburu, y las ex presidentas de la institución Aitana Sánchez Gijón y Mercedes Sampietro.

Entre los astros masculinos, el más deseado por los fotógrafos fue Javier Bardem, que posó con el equipo de ‘Biutiful’.  Minutos después apareció su madre, Pilar Bardem, y su hermano Carlos.

Alberto Amman, de gris; Norman Foster, con jersey de cuello alto y chaqueta negra de terciopelo; Hugo Silva, de Moschino, y el Mario Casas, que dejaron la corbata en casa; Imanol Arias, sin el esmoquin negro de rigorTomás Gómez, secretario general de la Federación Socialista de Madrid y candidato socialista a la Comunidad de Madrid; y Cayo Lara, coordinador general de Izquierda Unida también tuvieron su momento en la alfombra roja.