“Si no eres luchadora, es imposible producir cine en España”

Marta Esteban | productora (Imposible Films)

©Enrique Cidoncha

©Enrique Cidoncha

Cuando Marta Esteban vio a Juan Antonio Bayona en la palestra “me dio un vuelco el corazón, me fijé en sus manos mientras abría el sobre y cuando escuche Truman pensé: tengo que levantarme y llegar al escenario sin tropezar”. Y la productora catalana no se trastabilló cuando subió a recoger el Goya a la Mejor Película, el último de los cinco que se llevó esta cinta impulsada desde su compañía, Imposible Films. Desde la noche del 6 de febrero, Esteban, persona clave en la filmografía de Cesc Gay, se despierta con una sonrisa y la emoción de verificar “que tantos compañeros de la Academia nos han votado, nos han felicitado y han pensado que Truman es la mejor película del año”. Documentalista y realizadora de televisión, se lanzó a la producción a principios de los noventa con la propuesta de Gerardo Herrero para realizar El diario de Lady M, de Alain Tanner. Fundó Messidor Films “y se me abrió un mundo creativo que enriquecía mi línea profesional”. El director suizo fue el primero al que apoyó Esteban, que ha colaborado con Ken Loach (Tierra y libertad), Joaquín Oristrell (Inconscientes), Belen Macías (Marsella), Daniela Féjerman (La adopción) y Cesc Gay, a quien ha respaldado en todos sus proyectos.

Por Chusa L. Monjas

Hagamos memoria: ¿cómo vivió la gala?
Pasé por distintos momentos. Un paseo agradable con Cesc por la alfombra roja, alegría de ver a amigos, tensión, cansancio, primera emoción, nervios… Unas cuantas emociones más y una inmensa felicidad compartida.

Desde el principio, Truman tuvo a la crítica a su favor. Luego llegó la Concha de Plata al Mejor Actor para Darin y Cámara; los reconocimientos del Círculo de Escritores Cinematográficos, los Forqué, los Feroz, los Gaudí y los Goya, ¿se lo esperaba?
No. Es imposible esperar tanto. Alain Tanner me comentó una vez que la lotería puede tocar una vez en la vida pero no dos. A mí me ha tocado ahora.

Apostó por Cesc Gay en su primera película, Krámpack, y llevan siete producciones juntos.
Cesc y yo nos conocemos mucho y cada uno respeta el trabajo del otro. Evidentemente hay una fuerte implicación y valoración de los pros y contras en la preparación de las películas y en la elección de los actores, pero en el rodaje quien manda es él. En la posproducción volvemos al intercambio… A la lucha.

¿Qué vio en el guión de Cesc Gay y Tomàs Aragay?
Hacía tiempo que el tema de la enfermedad y la relación de la gente que acompaña a los enfermos flotaban por la productora. Hasta habíamos trabajado guiones de un falso documental-ficción sobre el cáncer, pero nunca nos llegaron a convencer. Cuando leí el guión de Truman supe que ésta era la historia que queríamos hacer. Me impactó el equilibrio y la fragilidad de sus personajes, que nos dan una lección de amistad y respeto hacia la vida.

¿Cómo fue el trabajo con Darin y Cámara? Los dos actores están arropados por un plantel de intérpretes de lujo, algunos de ellos solo filmaron un día, ¿cómo les convenció?
Cesc ya había rodado con los dos Una pistola en cada mano, y Javier, además, estuvo en Ficció. Creo que los tres deseaban encontrarse otra vez.
A los otros actores no tuvimos que convencerlos; estaban al lado de Cesc y nos dieron bellos, imprescindibles y necesarios momentos para la película. Creo que el espectador recordará siempre la lucha de Dolores Fonzi, a Eduard Fernández, Àlex Brendemühl, Elvira Mínguez, Àgata Roca, Javier Gutiérrez, Pedro Casablanc, Nathalie Poza, José Luis Gómez, Silvia Abascal, Francesc Orella, Ana Gracia, Susi Sánchez, Kira Miró, Oriol Plà y la mirada de Troilo (Truman en el filme). A mí no se me borran de las pupilas.

¿Repetirá con Gay? ¿Qué destacaría de él?
Si los dos lo queremos, repetiremos. Cesc es un hombre tranquilo y amigo de sus amigos.

Dentro de la filmografía de Cesc Gay, ¿cómo definiría Truman?
Quizás por ser la última me atrevería a decir que es la más redonda de su filmografía.

¿Por qué ha conectado con el espectador Truman?
Porque hablando de lo inevitable de la muerte te enseña a vivir y el público se identifica y emociona.

Antes de los cinco goyas, la película llevaba recaudados casi tres millones de euros y había convocado a más de 520.000 espectadores. ¿Qué espera del ‘efecto Goya’?
Aparte de lo que ya nos ha dado, que la película llegue a mucho más público.

Paciencia, objetividad y autocrítica

¿Qué le han aportado los cineastas con los que ha trabajado?
Cada uno me ha aportado algo. Han sido miradas distintas al cine que me han ayudado y obligado a buscar equilibrio entre lo creativo, técnico y financiero, y a crear mi propia mirada.

Los que la conocen bien dicen que es una luchadora nata…
Creo que es imposible producir en España si no eres luchadora.

¿Cómo definiría el modelo del cine español?
Creo que hemos de crear un nuevo modelo que entienda y respete el cine como parte de nuestra cultura. Un modelo en el que las instituciones culturales oficiales sean concretas y reales en las ayudas que den o no den; que las empresas oficiales avaladoras avalen, ya que cobran para esto, y no sea el productor el único avalador real; que los intereses financieros no sean del 20 al 30% del coste de la película; que las televisiones públicas que compran los derechos de antena para 10 años y dan como máximo el 30% del coste de la película promocionen las películas en el estreno comercial para poder ser competitivas, y que las nuevas normativas tengan en cuenta el cine independiente con un coste de 1 a 4 millones, porque es este cine nuestra ventana cultural internacional. Y cómo no, que el IVA respete nuestra cultura y no la grave con un 21%.
No me atrevo a definir el modelo español, pero sí opino que los productores tenemos que trabajar para que la gente conozca realmente lo que es hacer cine. Somos un sector que crea cantidad de puestos de trabajo, riqueza y representa nuestra cultura dentro y fuera de nuestro país.

¿Tiene ya pensado lo próximo en lo que se embarcará?
A corto plazo la adaptación a tv movie de la obra de teatro de Cesc Gay Los vecinos de arriba. Y después ya veremos.

¿Qué cualidades se necesita para producir cine en España?
No tengo la fórmula, pero sí creo que se ha de tener paciencia, flexibilidad, objetividad y autocrítica.

¿Por qué cuesta tanto levantar una producción en nuestro país?
Producir cine es muy complicado y complejo en todos los ­países. Confluyen múltiples factores que organizar y concretar: creativos, técnicos, financieros, distribución… y en España, por muchas vueltas que le des, siempre le falta un 20% de la financiación. La solución es hacer coproducción, pero actualmente no siempre es sencillo encontrar un buen partner.

Como estar en el cielo

¿Qué es lo mejor de su oficio?
La creación, conocer y vivir historias ajenas como propias y que el público las haga suyas. Entonces no te arrepientes de los esfuerzos y penurias.

¿Qué le gustaría que su obra dijera de usted?
De mí ni se acordarán, pero espero que recuerden las películas y las vuelvan a ver; esto sería un bello sueño. Y que el espectador defienda nuestro cine como parte de nuestra cultura.

¿Qué consejos daría a los jóvenes que quieren ser productores?
Que sean muy cautos. Hay que estudiar mucho los pasos a dar y cometer los mínimos errores. Es un bello oficio en el que muchas veces tirarías la toalla, pero cuando en un cine lleno sientes las emociones del público es como estar en el cielo.

¿Cuál es su motor?
La ilusión y la curiosidad.

¿Piensa en el público cuando se implica en una historia?
Evidentemente, cada historia tiene su público, mayoritario o minoritario.

El cine ha cambiado mucho, ¿cómo se ha adaptado a las nuevas formas de hacer y ver cine?
Como en la vida misma. A veces a golpes y otras dulcemente.