Ellas se rebelan. Mejor Actriz Revelación

Candidatos 31 Premios Goya 2017 ©Enrique Cidoncha

Candidatos 31 Premios Goya 2017 ©Enrique Cidoncha

Sílvia Pérez Cruz (Cerca de tu casa), Anna Castillo (El olivo), Belén Cuesta (KIKI, el amor se hace) y Ruth Díaz (Tarde para la ira) han visto recientemente cómo sus trabajos pasaban de la oscura intimidad en la que se construye un personaje a la luminosidad más brillante del reconocimiento de sus compañeros. Ser revelación no es solo ser nueva, también significa haber desempeñado el oficio, durante años, discretamente. Ellas, dueñas de un futuro deslumbrante, se rebelan a cuatro bandas sobre lo que significa ser actriz y mujer hoy en el cine español.

Por Juan MG Morán

Ser actriz

Ruth: Cuando era chiquitina yo ya decía que quería ser actriz. Me disfrazaba, me inventaba historias y sentía que mi vida era una película y otros la veían. Mi familia me veía implicada, pero pensaban que era una etapa de transición.

Belén: A mí la primera función que hice en el cole ya me enganchó. El profesor de literatura, ‘El Morsa’, que montaba los ‘chows’ me llamaba a mí a escondidas para que yo eligiera el elenco.

Anna: ¡Qué enchufada! Yo era muy teatrera pero sin saber casi que lo era. En casa jugaba a personajes y obligaba a mis padres a tratarme como a esa persona. “Mamá, oblígame a ser pobre y a fregar los platos”. Una vez le dije a mi madre que quería ser drogadicta de mayor, y ella lógicamente pensó que igual quería ser actriz…

Sílvia: Un descubrimiento importante para mí fue encontrar en el cine la musicalidad desde la que yo trabajo, y precisamente fue en los silencios que se crean antes y después de decir acción. Durante años pregunté a mis amigos actores sobre qué realidad buscan o imitan en su trabajo; porque no entendía muy bien de qué trataba este arte.

Ruth: ¿Llegaste a comprenderlo?

Sílvia: Después de vivirlo en primera persona creo que aún lo entiendo menos… Creo que comparte muchas cosas con la música, entre ellas ese momento álgido de la interpretación en el que hace falta más estómago que cabeza, dejarse llevar, escuchar muy bien.

Belén: Ser actriz es algo maravilloso, aunque esta profesión conlleve momentos amargos. Porque no es solo un trabajo, es algo que te motiva, y no tener la opción de hacerlo se vuelve doloroso.

Anna: Es algo muy de día a día, muy de poco a poco… Para mí ser actriz no es una profesión más porque es lo que más me gusta hacer.

Ruth: Sí, pero te das cuenta a lo largo de tu vidade que hay cosas muy importantes que no son solo tu profesión. Personalmente, la parte creativa en la que podría no sentirme realizada en los días que no trabajo la tengo completa porque escribo. Me busco mis pequeños oasis dentro del desierto.

Anna: Viendo el panorama intento ser consciente de que esta es una profesión inestable, de que todo es cíclico y de que todo lo que sube baja. Ahora, la teoría es fácil y luego la práctica será más jodida.

Sílvia: Yo respecto al cine no puedo hablar, pero en la música, profesión en la que llevo casi veinte años, tengo la sensación de haber trabajado mucho (en un sentido amplio del adverbio) y de un modo muy orgánico… Tengo la suerte de poder decir que no, no he sentido esa inestabilidad en mi carrera musical.

Belén: Ser actriz tiene momentos dulcísimos, pero también sus ratos de ay. He tenido algún momento de decir qué hago aquí, me voy… He hecho series y luego he vuelto a ser camarera. Hay gente que viene y te pregunta por qué no estás rodando, dices que no, que estás poniendo copas, pero que estás bien…

Anna: Yo soy muy joven y he sido muy afortunada. Pero sí siento ahora una presión que parece haber para todas y que no sabía que existía: ser muy guapa, tener unas redes sociales…

Ruth: A mí me ha dado momentos muy buenos, pero también momentos de crisis. Me he agarrado a otras cosas y lo he vivido sabiendo que en algún momento las cosas podían cambiar.

Llegar hasta aquí

Sílvia: Eduard Cortés me contó que iba a dirigir un drama musical sobre los desahucios, idea que me pareció extraña al principio, y quería que yo escribiese la música e hiciera de actriz principal. Tuve muchas dudas.

Anna: A mí me tocó oir durante meses que Iciar Bollain estaba buscando a la protagonista de su próxima película, y todo el mundo hacía prueba menos yo. Al final hice el casting, primero para una de las amigas, luego para Alma. A los dos días me llamó mi representante, mientras yo hacía tortilla de patata, y me dijo ‘¿está Alma?’.

Belén: ¡Qué guay! Yo me crucé un día con Paco y me dijo ‘contigo quería yo hablar’. Me ofreció el papel y me hizo una presentación de los mundos en los que vivía cada personaje de KIKI… que era una maravilla, nunca había visto algo así. No nos dio nunca guión, porque trabajamos con escaleta.

Ruth: Yo recibí una llamada de Raúl Arévalo que me emocionó mucho –”eres tú, Ruth. Eres tú”–. Le había hablado de mí Alicia Rubio hace meses, se le cruzó un vídeo mío con el tiempo y consiguió mi teléfono a través de Nuria Gago. No podía creerle, pero él estaba muy convencido.

Sílvia: Yo al final me decidí: me di cuenta de que en realidad era una oportunidad de contar una historia comprometida interactuando con muchas disciplinas artísticas (actores, guionistas, bailarines, directores), y a mí siempre me ha gustado mucho mezclarme con otras artes.

Belén: Una vez te asalté en el José Alfredo. Nunca hago eso, pero me acerqué a decirte que me enloquece como cantas. Tengo muy claro que hay que admirar, siempre trabajo con referentes… El primer director con el que trabajé y el que más me ha marcado, Carlos Rico, podía incluso traerte un libro de física cuántica para que te inspirases. Eso, y siempre nos daba de merendar.

Anna: A mí me das de merendar y yo te quiero.

Belén: Un día nos confesó que nos daba de merendar antes de ensayar porque los animales confían en quien les da de comer. Intentaba crear un vínculo para que confiásemos en él.

Ruth: Esta profesión te regala personas muy importantes. Yo no he sacado amigos en cada proyecto, pero Nuria Gago y Macarena Gómez son mis íntimas amigas. A mi pareja también la conocí trabajando…

Sílvia: Yo soy una persona que hace amistades a largo plazo y fuego lento. Pero es cierto que muchos de mis mejores amigos son músicos o actores, quizá porque compartimos cierta sensibilidad.

Anna: Siempre lo digo, pero de La llamada yo he sacado familia. Cuando alguien se incorporaba nuevo a la obra, Javi Ambrossi nos decía ‘¡de deberes para la semana que viene, para trabajar vuestros personajes, tenéis que ir al cine, a cenar y a emborracharos!’.

Mujeres

Ruth: Viendo las películas nominadas a los Goya vemos que el panorama está dominado por hombres. Son películas maravillosas, pero es una realidad. A veces intentas relativizar, porque se le suele sacar punta a todo, pero es cierto también que debería haber de todo y no lo hay.

Belén: Justo el otro día hablaba con Manuel Burque de esto. Los personajes femeninos no deben siempre acompañar al hombre y ya… Hubo una época en la que yo decía que es casi mejor ser actor que actriz. Leticia Dolera decía en su blog que en EE. UU. llegaron a decirle que si una actriz no hacía carrera antes de los 30, difícilmente se iba a abrir un hueco.

Ruth: Es exactamente eso, porque cuando cumples años como mujer, menos personajes hay para ti. En cambio, en los hombres cuanto más maduritos más interesantes…

Belén: Qué pena, porque ¿cuántos conflictos tienen las mujeres que se pueden contar? ¿Cuánto callan? ¿Cuánto lloran?

Sílvia: En mi caso, no he sentido discriminación como intérprete ni como música, digamos en la parte más emocional de mi trabajo. Donde sí la he sentido es en el plano más creativo o intelectual. Hay mucho por hacer.

Anna: Tengo también la sensación de que las chicas se lo tienen que currar más para que se las reconozca… Yo he tenido mucha suerte de hacer una protagonista con todo el peso que no es ni la guapa ni la novia, ni la chica que quiere al chico. Es una tía con un dilema suyo, de verdad y con problemas reales. Pero me pregunto, ¿cuántos personajes de estos hay? ¿Cuántos papeles como este voy a hacer en la vida?

La noche de los Goya

Sílvia: No me atrevo a pensar con antelación lo que puede pasar esa noche… Sí puedo deciros a quién estoy agradecida, con o sin premio: a mi familia, mis amigos, mi equipo y a todos los que trabajamos en la película, tanto en el rodaje como en la banda sonora.

Ruth: Es que sin equipo es imposible…. Yo estoy aquí por el personaje de Ana, pero incluso ella es un engranaje de todos. El premio o la nominación no solo se la dan a Ruth Díaz, porque yo no habría sido nada sin el resto.

Anna: A Belén y a mí nuestro amigo Brays Efe nos ha dicho que deberíamos ir con un vestido que nos hiciese parecer siamesas: haríamos el photocall juntas, si una lo ganaba la otra subiría con ella… ¡Todo juntas!

Belén: Yo ya he dedicado la nominación, porque se que no me lo van a dar, pero estoy felicísima. ¡Qué bonito ver que la gente que te quiere se emociona tanto! Es lo mejor de todo esto.