Mejor Dirección: J.A. Bayona, por Un monstruo viene a verme

Conexión mágica. Por Alejandro Amenábar

Juan Antonio Bayona (3). Un monstruo viene a verme copia

Conocí a Juan Antonio Bayona (Jota para los amigos) en Barcelona hace ya unos cuantos años. Nos fuimos de copas, charlamos de cine, y cómo no, de Steven Spielberg. Descubrí a alguien cuya pasión y minuciosidad a la hora de comentar películas era aún mayor que la mía, un auténtico forofo del séptimo arte, con especial atención a todo aquello que le había emocionado desde la infancia.

Poco después vi su cortometraje Mis vacaciones, para mí uno de los mejores debuts en nuestro país, una obra que rebosaba cinefilia, imaginación, ternura y dominio técnico. Sus largometrajes posteriores han demostrado y superado ese dominio y han logrado algo muy difícil hoy en día: una conexión directa y masiva con el corazón de los espectadores. En sus obras, Jota se la juega en cada secuencia, en cada plano, en cada gesto, para que las sensaciones y finalmente los sentimientos prevalezcan por encima de todo. No engaña a nadie. Persigue la emoción.

El cine está cambiando, y también por supuesto nosotros, el público. La revolución digital, la proliferación de ofertas y formatos o la saturación de imágenes e historias hacen complicado que recuperemos la inocencia y disfrutemos sentados en la butaca como cuando éramos niños. Pero Jota es de esos cinéfilos que resisten ilusionados y curiosean todo lo que se estrena con la esperanza de ser conmovido una vez más. Y como cineasta busca esa misma conexión ‘mágica’, la que hace que una película signifique algo más que un pasatiempo rutinario y perdure en nuestra cabeza como un carrusel de emociones.

Conozco a poca gente que saboree el cine con tanta pasión. Creo que por eso Jota es un gran director. Porque por encima de todo es un espectador emocionado.