Entre las robaescenas y los personajes de peso con casi rol coprotagonista. Las intérpretes de reparto sacan el mejor partido posible a sus intervenciones, pero ¿quiénes son? ¿Por qué las han nominado? ¿Qué películas han hecho? Echamos una ojeada a la  carrera de las nominadas a Mejor Actriz de Reparto de esta edición. Por Chusa L. Monja

Candidatos 31 Premios Goya 2017 ©Enrique Cidoncha

Candidatos 31 Premios Goya 2017 ©Enrique Cidoncha

Emma SuárezAprendizaje continuo

Vivió una época dorada en los años noventa. Su camino de éxito empezó con Julio Medem, de cuya mano se convirtió en una de las actrices más populares gracias a la trilogía Vacas, La ardilla roja y Tierra. Pero sus cabellos y ojos rubios se asomaron por primera vez a la gran pantalla cuando era adolescente en Memorias de Leticia Valle, cinta basada en la novela homónima de Rosa Chacel que interpretó junto a Fernando Rey, Esperanza Roy y Héctor Alterio, de los que aprendió la seriedad, disciplina, humildad y discreción con la que se planteaban el oficio.

No fueron sus únicos maestros, porque la vocación de Emma Suárez se fue forjando con clases de voz, de baile, de idiomas, libros de interpretación, mucho teatro y mucho cine, y especialmente por haber aprendido de los actores con los que ha trabajado. Arriesgada, ha intercalado películas con directores en la etapa inicial de sus carreras con historias de nombres tan asentados como Borau, Chávarri y Pilar Miró, que le dio “un regalo”, El perro del hortelano, hasta ahora su único Goya.

Soñadora que siempre espera más y mejor, la madrileña siente por quinta vez el gusanillo de estar nominada al galardón, al que hace doblete como protagonista (Julieta) y reparto con La próxima piel, un inquietante drama que triunfó en el último Festival de Málaga centrado en la relaciones materno–filiales y la soledad. Si no fuera tan optimista, Suárez, a quien su trabajo obliga a conocer y comprender al ser humano, no podría protagonizar tantos dramas.

Candela Peña | ‘Sentir como’

La credibilidad es la baza de esta catalana en quien los académicos españoles se han fijado desde su primera aparición en los fotogramas. Se bautizó en el cine con Días contados interpretando a una prostituta, rol que repitió diez años después en Princesas, por el que fue reconocida con el Goya a la Mejor Actriz Protagonista.

Formada como bailarina, Candela Peña, nombre artístico de María del Pilar Peña, llamó la atención en Hola ¿estás sola? y en los más de veinte años que lleva actuando se ha acercado en más de una ocasión a la realidad. Sin pelos en la lengua, la espontánea Peña de Descongélate, Torremolinos 73 e Insomnio tiene un don innato para la comedia, el género de KIKI, el amor se hace, historia que le podría dar su tercera estatuilla a la Mejor Actriz de Reparto, premio que cayó en sus manos por Te doy mis ojos y Una pistola en cada mano, de Cesc Gay, responsable de su primera actuación sobre las tablas (Los vecinos de arriba). En KIKI…forma pareja con Luis Callejo, con el que quiere tener un hijo pero solo alcanza el placer máximo cuando él llora.

Vehemente, sigue sumando para ser la actriz que soñaba ser, para “sentir como” en lugar de “hacer de”. La ‘Anna Magnani española’, en palabras de Isabel Coixet, con la que filmó Ayer no termina nunca, interpreta, diseña, dirige espectáculos de flamenco y ha firmado el cortometraje 9. Es la vitalidad hecha mujer.

Candidatos 31 Premios Goya 2017 ©Enrique Cidoncha

Candidatos 31 Premios Goya 2017 ©Enrique Cidoncha

Terele Pávez | Todo corazón

Ha sido la mejor Celestina de la historia, la inolvidable Régula de Los santos inocentes, la madre de un heavy de Carabachel en El día de la bestia –todavía la paran por la calle por este papel con el que Álex de la Iglesia la recuperó para el gran público– y una hechicera en Las brujas de Zugarramundi, que le valió el Goya a la Mejor Actriz de Reparto, el primero tras las cinco nominaciones que había atesorado a lo largo de su carrera.

Recogió el galardón en medio de una fuerte ovación de sus compañeros puestos en pie. Y Terele Pávez, todo corazón, mostró su agradecimiento por ser de esto. La hermana de las también intérpretes Emma Penella y Elisa Montes sigue a pie de obra, ha vuelto a rodar con De la Iglesia (El bar), con el que comparte el mismo sentido del humor y ciudad natal, Bilbao, y aspira de nuevo al galardón por meterse en la piel de una prostituta en el primer largometraje de Marina Seresesky, La puerta abierta.

Nació el año en que terminó la Guerra Civil y debutó a los 12 años con Luis García Berlanga en Novio a la vista. Desde entonces, se ha escuchado su voz rota en el cine, el teatro y la televisión, donde ha alternado los triunfos con periodos de ausencia. Pero Terele Pávez, que iba para bailarina, siempre regresa para dejarse el alma y llenar de fuerza los personajes que le confían.

Sigourney Weaver Heroína moderna 

 A esta hija de un productor de televisión y de una actriz británica, a la neoyorkina Sigourney Weaver le cambió la vida ser la teniente Ripley en la saga Alien, todo un símbolo del cine de ciencia ficción. La que es una de las intérpretes más altas de Hollywood –supera el metro ochenta de estatura– acertó de pleno con este papel porque, como ella mismo reconoció, sin esas películas nunca habría tenido las oportunidades que le surgieron posteriormente.

El año que vivimos peligrosamente, las tres entregas de Los cazafantasmas, Gorilas en la niebla, Armas de mujer, La muerte y la doncella, Copycat, La tormenta de hielo… Comedias y dramas en las que se ha metido en la piel de mujeres fuertes que le han valido dos Globos de Oro y tres nominaciones al Oscar.

El eunuco dorado se le resiste, pero Susan Alexandra –su verdadero nombre, se lo cambió por uno de los personajes de la obra de El gran Gatsby, de Scott Fitzgerald– tiene el Premio Donostia, galardón que recogió en el último Festival de San Sebastián, donde presentó Un monstruo viene a verme, un trabajo por el que aspira al Goya y su segunda incursión en el cine español, en el que se bautizó con Luces rojas.

Woody Allen fue el padre cinematográfico de Weaver –hizo un pequeño papel en Annie Hall–, que dio sus primeros pasos en el teatro y que participó en el que es el filme más taquillero de la historia, Avatar.

El tiempo no parece pasar por esta mujer, que a sus 67años se sigue adaptando a los diferentes roles que requiere la película de turno.