Jesús Vidal: “Me resisto a dejar de intentar cambiar el mundo”

Foto: ©Enrique Cidoncha

Entrevista al ganador del Goya a Mejor Actor Revelación por Campeones


Por María Gil |

Pronunció el discurso más emocionante y viral de la gran fiesta del cine español, en la que a la visibilidad, en forma de espectadores y likes, se unió el reconocimiento de la profesión con el Goya a Mejor Actor Revelación. Para Jesús Vidal, la ceguera casi completa que sufre desde hace veinte años, lejos de ser un impedimento, fue un punto de partida en el que basarse “para dotar de honestidad y fragilidad a mi interpretación”. Tras la ceremonia, llegó el homenaje de su tierra, León, y aún sigue la vorágine mediática del fenómeno Campeones para este actor, que comenzó en el teatro con la obra Cáscaras vacías, tras licenciarse en Filología y hacer un máster en Periodismo, y al que la cultura le hace “ser mejor persona”. Del filme de Javier Fesser no puede hacer un balance más positivo: compartir equipo con “nueve personas a secas, no nueve personas con discapacidad”, una noche que siempre recordará y un Goya cuyo lugar está “con la familia, con la gente que más me quiere”.

 

Qué diferencia hay entre Jesús Vidal y el personaje que le ha dado el Goya?
Hay bastantes. Empezando por la sinceridad y la ingenuidad que tiene Marín. Jesús Vidal no es tan buena persona, aunque procura ser todo lo bueno que puede. Tampoco Jesús Vidal es hipocondríaco ni tiene miedo a los aviones. Es más, me encantan. Y luego, Jesús Vidal es ciego y Marín tiene una discapacidad intelectual. Los dos tienen discapacidad, pero su forma de ver la vida y de ser percibidos por los demás cambia mucho.

Ha emocionado a toda España con su discurso. Ha sido un altavoz para la inclusión y ha dado muchas lecciones. ¿Siente responsabilidad?
Era un discurso hecho, ante todo, con el corazón. Sí que es verdad que tenía una parte dedicada a mis nueve compañeros del equipo Los Amigos, que yo creo que también están representados en este premio y que la sociedad ha tomado como una especie de símbolo de la discapacidad. No era la intención, pero sí me llena de orgullo que haya gente que se sienta representada. Sentí responsabilidad sobre todo por mis nueve compañeros. Y por las personas con discapacidad intelectual que se encarnan en la película.

Destacó tres palabras: inclusión, diversidad y visibilidad. ¿Por qué era tan importante decirlas esa noche?
La inclusión, como dice la coach de actores Allende López, no es un fin en sí mismo, es una herramienta para hacer del cine un arte mejor. Como medio para mejorar el arte y el mundo, es necesaria. El planeta lo habitan personas de diferente condición y esto incluye las diferencias comúnmente llamadas discapacidades. De ahí lo importante de la diversidad. Y la discapacidad intelectual, de la que habla la película, siempre ha estado cubierta con un velo. Las familias de las personas con discapacidad los escondían. La visibilidad con Campeones ha mejorado.

¿En qué ha visto esa transformación?
En la forma en que la gente trata a mis compañeros y, por extensión, a mí. Cuando vamos los diez juntos, se nota mucho cariño y yo creo que las personas con discapacidad intelectual antes no lo percibían. Alguno de mis compañeros ha dicho: “ahora nos miran con respeto”. Agradezco ese cambio y haber podido contribuir a ello. Humildemente, se ha conseguido que la sociedad los vea y las familias están orgullosas de que se les vea.

Precisamente de su familia se acordó en su discurso. “A mí si me gustaría tener un hijo como yo, porque tengo unos padres como vosotros”. ¿Hubiera sido posible este Goya sin ellos?
Cuando decidí dar el paso de dedicarme profesionalmente a la interpretación me apoyaron decisivamente, en todos los sentidos. Sin ellos, veo muy difícil haber conseguido este logro. La familia es una parte fundamental de la persona.

Javier Fesser destacó su humildad y generosidad en el rodaje y que, cada vez que ordenaba repetir una toma, usted siempre le daba las gracias.
Una toma nueva es una oportunidad de mejorar la anterior, de buscar un registro nuevo, de darle más o menos ternura… Como actor siempre es jugar, y si el director te dice que hay que repetir una toma, el juego sigue.

Foto: ©Marino Scandurra

Forofo de la Real Sociedad, hará el saque de honor en Anoeta. Sus compañeros lo hicieron en el estadio de Vallecas… ¿El fenómeno cinematográfico ha llegado al deporte?
En el mundo del deporte, Campeones ha caído como una lluvia fresca. No solo en el deporte adaptado, sino en las instituciones y el deporte profesional, que han recibido esta historia con los brazos abiertos. El Estudiantes se ha volcado.

Ha manifestado que su objetivo a partir de ahora es “seguir creciendo como actor y como persona”.
Espero seguir haciendo teatro y quiero que este amor con el cine siga. También me gustaría probar un formato nuevo, como una serie. Creo que todo eso me permitirá ser mejor persona.

Campeones es una película con valores y mensajes positivos. ¿Es el tipo de proyectos en los que le gustaría participar?
Me interesa todo tipo de registros. Uno, como actor, siempre quiere hacer cosas diferentes, pero sí que es verdad que he estado en dos proyectos pioneros, como Cáscaras vacías y Campeones, uno en teatro y otro en cine, que han cambiado muchas cosas. En ese sentido, me resisto a dejar de intentar cambiar el mundo por medio de la humildad de mi arte. Pero el arte es arte, y lo que tenga que llegar de temas y personajes nuevos, aunque sean diametralmente opuestos, llegará y bienvenido sea. De hecho, me apetece probar con otros géneros.

En el teatro ya ha explorado otros registros.

En Cáscaras vacías mi papel es el de esquizofrénico. Es un papel muy distinto al de Marín, mucho más duro y conflictivo. La obra está basada en el exterminio que hicieron los nazis de 200 000 personas con discapacidad en un par de años. Son testimonios de seis personas que pudieron ser víctimas de ese exterminio interpretadas por cinco actores con discapacidad y por un bailarín e intérprete de lenguaje de signos, que fusiona la danza con la lengua de signos.

¿Tiene dificultades a la hora de disfrutar del cine? ¿Hay salas adaptadas, donde se proyecten con las condiciones necesarias para las personas con capacidades diferentes: subtituladas, audiodescripción…?

Normalmente no se piensa en este tipo de situaciones porque afectan a poca gente. Una de mis compañeras de Cáscaras vacías tuvo que esperar a ver Campeones hasta que pudo ir a una sala que tenía el subtitulado para sordos. Yo con mi ceguera, que no es total, me pongo en la fila uno. Y cuando hay subtítulos y coincide el color con el fondo, no puedo percibir los contrastes. Sí que es verdad que son cosas que pueden impedir el acceso al buen disfrute de una película y de la cultura, que es un vínculo social.

Echando la vista atrás, de toda la vorágine de los Goya, ¿con qué experiencia se queda?
Con el momento en el que pensé que todo mi esfuerzo actoral estaba siendo recompensado. Y con la reacción de mis nueve compañeros y las caras de absoluta alegría que tenían cuando me acordé de ellos. No les podía ver desde el escenario, pero sentía su energía.