Un puzle que funciona | Sobre la Mejor Dirección Artística

El ganador del Goya Juan Pedro de Gaspar desgrana su trabajo en Mientras dure la guerra, con el que logró el premio a Mejor Dirección Artística en los Premios Goya 2020

 

| Por Juan Pedro de Gaspar

Desde el planteamiento hablamos con Alejandro Amenábar de localizaciones, de luz y de color, utilizando fotografías de la época, referencias de películas y paletas de color, y concluimos que no seríamos necesariamente literales, aunque evidentemente sin ser descabellados, en el retrato de los lugares en que sucedieron los hechos. Decidimos primar el peso narrativo de la parte visual en función de la optimización del relato, tanto en el aspecto más conceptual como en el estrictamente técnico, de forma que modificamos deliberadamente algunas cosas.

Desde mover la ubicación del Café Novelty en la Plaza Mayor de Salamanca a una de las fachadas laterales frente al Ayuntamiento por razones de economía de planos; hasta rodar el Paraninfo de la Universidad, donde Unamuno da su discurso, al de la antigua facultad de Medicina de Madrid, porque cromáticamente nos ayudaba mucho más y porque a Alejandro le interesaba usar sus bancadas en grada para representar el peso de su choque con una audiencia que, desde su posición de orador, percibe como una muralla.

Cambiamos también su entorno y decidimos “britanizarlo” para representar su carácter internacionalista, su apertura y significación fuera de España, donde era conocido y respetado. Tanto el mobiliario como la propia casa beben del Reino Unido, cuya Universidad de Oxford le había concedido no hacía mucho el doctorado Honoris Causa.

Del lado de los militares sublevados, decidimos incidir en el contraste que suponía la perentoriedad y provisionalidad de un ejército en movimiento estableciéndose en lugares de relevancia histórica y arquitectónica, jugando al contraste entre esos dos mundos: los elementos de campaña sobre el refinamiento de los palacios que en ocasiones los albergaron.

Todo esto supuso tejer un puzle de localizaciones ubicadas entre Madrid y Salamanca asistidas, por razones de economía y necesidad narrativa, por un apoyo de efectos digitales muy medido, para no perder la sensación de realidad. Ahí queda la película para valorar si lo conseguimos.