Nominadas al Goya a Mejor Película Documental

Los directores de los documentales nominados a los 34 Premios Goya reflexionan sobre sus historias 

Nata Moreno | Representamos la posibilidad

Como directora de Ara Malikian, una vida entre las cuerdas, esta nominación es un sueño tanto para mí como para todo el equipo.

Empecé la película con la única necesidad de dar salida a una historia que latía en mi interior y me pedía contar el alma, después nos juntamos un equipo pequeño de profesionales y le regalamos todo nuestro tiempo y nuestra pasión sin pensar mucho en dónde podía llegar. Que tus compañeros académicos te hagan sentir participe de esta familia bonita del cine español, y que además valoren tu trabajo, es un regalo inmenso, no solo por esta película y lo que hoy significa, sino por las futuras construcciones del mañana para una directora novel. Esto es un impulso precioso y poderoso.

Esta película cuenta una historia de empatía, de esperanza, de lucha y triunfo, cuenta también la historia de una guerra, de un genocidio silenciado, de como el amor y la familia pueden salvarte, de como la música y la cultura es la lancha de salvamento en medio de ese mar embravecido que es la vida.

Sería una osadía decir que mi película aporta algo al cine español si miro la carretera de tantos cineastas brillantes que han dibujado nuestra industria, pero si algo creo que podemos defender es la capacidad de trabajo y la pasión. Si algo representamos es la capacidad de hacer una cinta desde la nada, con cuatro recursos, diez personas y muchas ganas. La posibilidad, representamos la posibilidad.

Muchas gracias a todos los que hacéis posible este momento. Seguimos con el sueño a ver hasta dónde nos lleva.

Gaizka Urresti | La película que nunca me hubiera gustado hacer

La verdad es que no puedo evitar tener sentimientos encontrados con la nominación a nuestro documental sobre Luis Eduardo Aute. Por un lado estoy muy contento y orgulloso que los académicos y el público en general hayan considerado a Auterretrato como una de sus películas favoritas este año. Es especialmente emocionante cuando al final de algún pase, o a través de las redes sociales, la gente nos agradece que les hayamos emocionado conectándoles con su juventud y con la poesía y la vida de Aute.

Pero por otro lado, lamento que haya tenido que hacer la película como la he hecho. La idea inicial, a comienzos de 2016, cuando grabamos a Eduardo y a muchos de sus amigos, era reflejar a un artista genial y polifacético que a sus 73 años estaba más activo que nunca: publicó su sexto libro de ‘poemigas’, grababa discos, pintaba, preparaba un nuevo corto, tenía compuestas todas las canciones del que iba ser su nuevo disco después de cinco años, recitaba poesías en público y estaba celebrando sus cincuenta años en la música con la gira ‘Giraluna’, con la que a veces especulaba que podía ser su última gira.

Todo esto se truncó en agosto de 2016 cuando, tras un concierto en el que se sitió mal, sufrió un infarto que, por el tiempo pasado hasta que llegara al hospital, devino en un ictus que le mantuvo en coma más de dos meses. En esos momentos la prioridad era su recuperación.

Pasaron meses hasta que vimos que, a pesar de su recuperación, no iba a volver a la misma actividad que tenía antes. A partir de ese momento, con la conformidad de la familia, decidimos que la obra, la vida y el universo poético de Aute había que trasladarlo no solo a sus seguidores de toda la vida, que nunca le han abandonado, sino a las generaciones venideras.

Nos armamos de ánimo, recuperamos la ilusión y replanteamos la historia centrándonos en su legado y en el cariño y admiración que le tienen varias generaciones de artistas.

Este planteamiento de homenaje, y ese viaje de la luz a la sombra a esa ‘Albanta’ donde nada es como en nuestro mundo, soy consciente que le ha dado a Auterretrato una emoción especial, no buscada hace casi cuatro años.

Sí me queda la satisfacción de que Eduardo está pudiendo comprobar en vida cuánto le quieren sus compañeros, el público y nosotros los del cine, un mundo al que él siempre quiso pertenecer y al que nos ha regalado varias películas de animación con una poesía especial y un himno que es “Cine, cine, cine, cine… más cine por favor. Que todo en la vida es cine y los sueños cine son”. Gracias Eduardo.

Andrés Sanz | Hitchcock y la ‘meninitis’

El cuadro es la historia de una obsesión. Solo así puedo explicar tantos años dedicados exclusivamente a un solo proyecto, sustentado enteramente por mi familia, que ha soportado con infinita paciencia esta rara enfermedad: la ‘meninitis’. Ha sido duro.

Todo comenzó hace 6 años, cuando decidí hacer una película sobre ‘Las meninas’. Una noche, en el Ateneo de Madrid,  tuve un encuentro casual con dos estudiosos de Velázquez que se preguntaban por qué nadie hasta entonces había hecho una película sobre el célebre cuadro. Se puede decir que me inocularon el virus en aquel instante, aunque ya mostrara los síntomas desde niño. Es una pintura que me fascina desde que entré con mis padres en aquella pequeña sala donde se exponía acompañada de un espejo. Sin embargo, la idea me provocaba vértigo. No me extraña que nadie haya hecho esa película –pensé–, Velázquez da mucho miedo.

¿Y si lo intentaba? ¿Por qué no? Quizás había estado preparándome para este proyecto durante años sin saberlo. Cuando Antonio López vino al rodaje de su entrevista, le confesé que guardaba una carpeta del bachillerato forrada en una cara con Las meninas y por la otra con su cuadro La Gran Vía.  No es cierto que vayas detrás de un sueño, más bien el sueño te persigue a ti. No tenía ni la más mínima idea de lo que me esperaba.

Soñaba con hacer una película diferente, alejada del tradicional documental de arte institucional, grandilocuente y con fines didácticos. Quería emoción, magia, cine. ¿Sería posible construir un thriller con ‘Las meninas’? Veía una trama de intriga, a lo Hitchcock, una historia de gente fascinada por descifrar una imagen que parece real pero solo son manchas sobre una tela. ¿Qué tiene este cuadro para que un rey lo considerara el más valioso de su impresionante colección, y que 363 años después siga siendo la obra favorita del Prado para los ciudadanos del siglo XXI? Algo pasa en esa pintura, en esa habitación. Hay algo ahí dentro que te atrapa. Y una vez que entras, cuesta mucho salir. ‘Meninitis’.

Me piden que escriba qué ha significado la nominación para esta película. Supone todo. Una ilusión que se hace realidad. En lo personal, ha sido un viaje muy largo, dificultoso y exigente: 60 horas de entrevistas, construcción de decorados, miniaturas, un complejo rodaje de animación, un interminable montaje. Y siempre caminando en la cuerda floja, dudando, sin saber si todo va a terminar bien. El reconocimiento de la Academia, de aquellos que forman esta maravillosa profesión, significa que todo este esfuerzo ha sido recompensado. Espero que sirva para ayudar a difundir esta película como se merece, porque está pensada y hecha para verse en el cine.

La noche del estreno de El cuadro, en la Seminci, vi por fin posible una cura para mi enfermedad: la emoción del público, al hacer suya esta película, me liberaba de mi obsesión. Mi ‘meninitis’ era ahora la suya. Espero que la disfruten por mucho tiempo.

Ana Pérez-Lorente y Antonio Resines | Una película cargada de futuro

Todos hemos oído desde siempre, “solo la nominación ya es un premio”, y me imagino que mucha parte del público pensará que es la típica frase hecha, políticamente correcta. Pues no. Cuando nos llamaron, Antonio no estaba en casa y quedamos abajo para coger un taxi e ir juntos a la Academia. Los abrazos y saltitos, pues a nuestra edad ya para saltos no nos da, y las risas y gritos de emoción en medio del paso de cebra deben de seguir siendo el tema de conversación del vecindario todavía hoy.

Siguiendo con lo del premio, es un premio la alegría que sientes cuando te llaman para comunicarte que te han nominado, es un premio la llegada a la Academia recibiendo enhorabuenas de todo el mundo, algunos de ellos gente a la que ni siquiera conoces, y es un premio la enhorabuena de los otros nominados, y los abrazos y el cariño que tú das y que de ellos recibes son auténticos, son de verdad.

No sé qué será nuestro documental para el cine español, que está lleno desde hace más de un siglo de mujeres y hombres geniales que han realizado auténticas obras de arte. Lo que nos gustaría que fuera, ahora y siempre, es una película que entretenga y haga reír, y que cuando termines de verla tengas ganas de ver más cine español (repasar el antiguo e ir a las salas a ver el recién estrenado), y entiendas que esta profesión está llena de gente mayoritariamente buena, que ha elegido este oficio, que es muchas veces duro, porque lo ama realmente.

Para terminar, y aunque no tenga nada que ver con la nominación en sí, creemos –si alguien tiene la información real que nos la haga llegar, por simple curiosidad– que somos la primera pareja, me refiero a sentimental y no dúo cómico, que es nominada por el mismo trabajo y en la misma categoría. Ese premio, si esto es así, nos lo hemos llevado ya.