“A cambio de nada nos ha dado mucho a todos”

Daniel Guzmán | MEJOR DIRECTOR NOVEL POR A CAMBIO DE NADA

©Marino Scandurra

©Marino Scandurra

Cuando Daniel Guzmán oyó su nombre en la noche de los Goya le embargó “una explosión de sentimientos”, el cine daba una nueva alegría al actor y director para el que el mayor premio posible es poder conectar con el público. “Es muy difícil explicar todo lo que sentí en ese momento, después de tantos años luchando por contar esta historia. Algo muy grande, inolvidable”, reconoce el ganador del galardón a Mejor Dirección Novel que asegura que, desafiando a su título, “A cambio de nada nos ha dado mucho a todos”.

Por María Gil

Y así lo corroboró su protagonista, Miguel Herrán, que consiguió emocionar a Guzmán con su dedicatoria al recoger el galardón, evidenciando que el pupilo ha encontrado en este mundo la misma salvación que el maestro. “Miguel ha sido una apuesta personal y tenía muchas ganas de que le reconocieran su trabajo. Quizá me emocioné porque me vi reflejado. El cine, en cierta manera, me ha dado una oportunidad, ha dado sentido a mi vida, ilusión, ganas de aprender, una motivación personal y profesional muy importante y sus palabras expresaban todo eso…”, explica el director, que bromeó sobre “la alergia” que había causado sus lágrimas y convertido su rostro en viral en internet.

Durmió con su Goya en la gran noche del cine español, pero la responsabilidad de custodiarlo ha recaído en su abuela; del mismo modo que su primer busto del pintor –por el cortometraje Sueños– está a buen recaudo con su madre. Un destino que no sorprende tras escuchar el homenaje a Antonia Guzmán en su discurso de agradecimiento y, a través de este, la reivindicación del papel indispensable de los ancianos.“Vivimos en una sociedad que, según vas haciéndote mayor y poco a poco, acaba apartándote de manera injusta”, recalca.

El viaje no termina

Los dos goyas han devuelto a su ópera prima a las salas de cine ocho meses después de su estreno y, aunque la etapa de A cambio de nada va llegando a su fin, aún le quedan varias paradas antes de soltarla de la mano. “Me gustaría conseguir compartirla en centros escolares dentro del programa lectivo porque creo que posee elementos interesantes para entender algunos aspectos de la adolescencia, las rupturas familiares, la amistad, la necesidad de aprender… Una vez que esto suceda, viajaré con la película a diferentes festivales y países y me despediré de ella”, revela.

Y, cuando esto ocurra, dará la bienvenida a una nueva historia que siente que será verdaderamente la primera. “El guión es lo más importante y hasta que no consiga tener la historia que quiero contar no pondremos nada en marcha. Así que, a escribir”. Eso sí, no partirá de cero porque ya tiene esbozadas dos historias muy diferentes, “una comedia ácida, canalla, radical, pero con cierto toque social reconocible, y un drama, más intimista y duro. Empezaré a escribir y veré por cual me decido primero. Supongo que esa decisión surgirá de manera natural”, explica.

Un cine necesario y rentable

Con A cambio de nada ha aprendido que “el cine es colectivo” y sobre todo que “hacer cine en este país es muy difícil, pero cuando uno tiene necesidad de contar una historia llega a lugares impensables para conseguirlo”.

Confía en que el Goya sirva para que no le cueste tanto financiar su próximo proyecto y poder dedicarse a él plenamente como director y guionista. “Espero no volver a tener que producir y dirigir a la vez nunca más. Desde luego, no es lo más conveniente. Son oficios que necesitan dedicación plena y combinarlos no es lo más aconsejable pero, en ocasiones, o lo haces así o no consigues hacer la película”, confiesa Guzmán, que desea poder compaginarlo también con su faceta de actor y no cierra puertas a dirigir un guión del que no sea el autor “si conecto con la historia y me interesa lo que cuenta”.

Con una cuota del 19% en 2015, el público español se va reconciliando poco a poco con nuestra cinematografía, un fenómeno que el director celebra con cautela. “Este dato puede ser engañoso porque ese porcentaje se produce por títulos concretos apoyados y coproducidos por dos televisiones generalistas no por variedad de películas”. Cree que 2015 nos ha dejado numerosas películas que aún quedan por descubrir. “De las más de 140 películas que se producen al año, más del 70% pasan desapercibidas y eso no depende de la calidad de las mismas. Títulos como Amama, El apóstata, Isla bonita, Hablar, Lejos del mar, Negociador… sin olvidar los documentales, que no tienen apenas posibilidad de acceso a ninguna sala”, recuerda. ¿Y el tipo de cine que interesa a Guzmán? “Que entretenga, divierta, e invite a la reflexión. No solo necesario, sino rentable. Hay que apostar por él”.