Y el Goya de Honor es para…

Foto de Imperio Argentina

Goya de Honor 1989 · 3 Edición

Imperio Argentina

Actriz

Buenos Aires, 1910 – Benalmádena (Málaga), 2003

Hija de un guitarrista de Gibraltar y una actriz malagueña, Magdalena Nile del Río comenzó su carrera desde bien pequeña, bajo el nombre de Petit Imperio, en honor de la bailaora Pastora Imperio. Rebautizada como Imperio Argentina antes de aparecer en los escenarios españoles de varietés, fue la estrella máxima del cine español en el periodo republicano, desde que fuera elegida por Florián Rey –su futuro marido– para protagonizar La hermana San Sulpicio (1927), adaptación de la novela homónima del escritor Armando Palacio Valdés.
La carrera de la cantante y actriz fue imparable hasta el inicio de la Guerra Civil: volvió a trabajar con Florián Rey en Los claveles de la virgen (1928) y protagonizó producciones rodadas en Alemania: Corazones sin rumbo (Benito Perojo y G. Ucicky, 1928) o El profesor de mi mujer/El amor solfeando (R. Florey, 1930). También trabajó en París, donde rodó sus primeros éxitos en el cine sonoro, como Su noche de bodas (L. Mercanton, 1931) o Melodía del arrabal (L. Gasnier, 1933), donde compartía cartel con Carlos Gardel, además de ser la única mujer en toda la filmografía del actor que cantaba a dúo con él.

 

Goya de Honor. Imperio Argentina (1989)

 

De vuelta a España rodó una nueva versión de La hermana San Sulpicio (1934), que de facto daba el pistoletazo de salida a CIFESA, la gran empresa cinematográfica de su época, con la que encadenó éxitos como Nobleza baturra (Florián Rey, 1935) o Morena clara (Florián Rey, 1936). La hegemonía de estas obras fue tal que durante la siguiente década se encadenaron las secuelas, imitaciones y repeticiones del mismo corte.
Después de unos años tumultuosos en los que volvió a rodar en Alemania y recorrió el mundo entero en grandes giras internacionales, Imperio Argentina rueda un par de películas más en España, como Goyescas (Benito Perojo, 1942) y regresa a su país de nacimiento donde, en Bueno Aires, rueda algunas películas de marcado carácter hispano. Centrada en su carrera musical, regresa al cine en la década de los sesenta con títulos como Ama Rosa (L. Klimovsky, 1960) o Con el viento solano (Mario Camus, 1965).
Tras veinte años alejada de la gran pantalla, José Luis Borau le ofrece el papel protagonista en Tata mía (1986), celebrando de alguna manera su trayectoria y volviendo a interpretar una de las famosas jotas de Nobleza baturra. En 1989, al recoger su Goya de Honor, Imperio Argentina quiso agradecer el galardón “al público, que alimenta mi gran pasión por el arte y por el cine”.

 

Imperio Argentina