Y el Goya de Honor es para…

Foto de Rafaela Aparicio

Goya de Honor 1988 · 2 Edición

Rafaela Aparicio

Actriz

Marbella (Málaga), 1906 – Aranjuez (Madrid), 1996

“No sé qué hago para que me queráis tanto”, dijo una emocionada Rafaela Aparicio al recoger su Goya de Honor de manos del maestro Luis García Berlanga en la segunda edición de los premios. Sin embargo, echando un vistazo a la carrera de una de las actrices más entrañables del cine español, se comprende muy bien el homenaje que sus compañeros le rindieron en 1988.
Rafaela Díaz Valiente pasó su infancia entre bambalinas, ya que su padre era un empresario taurino y teatral. Tras concluir los estudios de magisterio, decide apostar por su pasión por las tablas y se incorpora a la compañía de Manuel Benito Arroyo para recorrer Andalucía. Se traslada a Madrid, donde se convierte en habitual de los teatros de la capital, aunque ya hace sus pinitos en la efervescente industria cinematográfica. De hecho aparece como figurante en uno de los filmes más populares de la época, Nobleza baturra (Florián Rey, 1935), concretamente mientras Imperio Argentina está cantando ‘El carretero’.

 

Mamá cumple cien años

©Mamá cumple cien años

 

Su carrera sobre las tablas sigue siendo intensa a lo largo de las décadas y a finales de los cincuenta su rostro comienza ha hacerse más y más habitual en el cine, especialmente en las comedias de principios de los sesenta. Fernando Fernán-Gómez la elige para interpretar a Paquita Vidal en El extraño viaje (1964), una mujer grotesca, esperpéntica y anclada en una infancia patológica, que le permite desplegar su buen hacer interpretativo.
Con la serie de televisión La casa de los Martínez (1967) alcanza una gran popularidad, convirtiéndose en la chacha por antonomasia del cine de esos años. Habitual de las películas de José María Forqué, Pedro Lazaga y Mariano Ozores, la consideración hacia la actriz cambia de manera radical cuando Carlos Saura la reclama para Ana y los lobos (1972) y sobre todo con su absoluto protagonismo en Mamá cumple cien años (1979); en ambas encarna a una matriarca inolvidable, agria, cariñosa, arrebatadora. Su mayor éxito de crítica y público.
Dos años después ser galardonada con el galardón honorífico, Rafaela Aparicio consiguió, en la cuarta edición, el Goya a Mejor Actriz Protagonista por El mar y el tiempo (Fernando Fernán-Gómez, 1989), donde daba vida a una abuela trastornada, rebelde y deslenguada. Activa hasta el final, la actriz marbellí participó en más de ciento veinte películas, como Sor Citroën (Pedro Lazaga, 1967), Cambio de sexo (Vicente Aranda, 1977), El sur (Víctor Erice, 1983), El año de las luces (Fernando Trueba, 1986) o encarnando al mismísimo dios en ¡Oh, cielos! (Ricardo Franco, 1995).

 

Rafaela Aparicio y Luis García Berlanga. Goya de Honor

El mar y el tiempo. Rafaela Aparicio

©El mar y el tiempo