Y el Goya de Honor es para…

Foto de Victoriano López García

Goya de Honor 1990 · 4 Edición

Victoriano López García

Director del IIEC

Mondoñedo (Lugo), 1910 – Madrid 1995

Catedrático de la Escuela Especial de Ingenieros Industriales muy atraído por las cuestiones cinematográficas, sobre las que disertaría en numerosas ocasiones, Victoriano López García colaboró desde muy pronto en diversas publicaciones especializadas, como Primer Plano, Radiocinema, Espectáculo o la Revista Internacional de Cine, al tiempo que ocupaba algunos cargos en la administración relativos al mismo campo, como el de ingeniero jefe de la Sección de Distribución de Materias Primas de la Subcomisión Reguladora de la Cinematografía.
En 1942 decidió preparar un curso de Cinematografía en el seno de aquella escuela, curso del que nacería al año siguiente una Sección de Cinematografía que implicaría a su vez la construcción de un plató y el montaje de un laboratorio de revelado, así como la consiguiente sala de protección, todo lo cual, unido a la creación en 1944 de la revista titulada Cine Experimental, habría de constituir el germen del futuro Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas, primer centro de enseñanza de tales características surgido en nuestro país.

 

Victoriano García López recibe el Goya de Honor de manos de Luis García Berlanga

De las aulas de IIEC, abiertas en otoño de 1947, y donde López García explicaría la asignatura Óptica y Cámaras, surgió una profunda renovación del cine español, cuyos parámetros tradicionales y anticuados trastocó, tanto desde un punto de vista artístico como industrial, con la instrucción de realizadores, productores, directores de fotografía, actores y guionistas que, vencidas ciertas dificultades iniciales con la profesión, acabarían por imponer sus conocimientos.
López García lo dirigió con criterio liberal durante casi nueve años, hasta 1955, poco antes de que el Instituto pasara a formar parte del Ministerio de Información y Turismo y viera recortada su independencia, para acabar en 1962 transformándose en la Escuela Oficial de Cinematografía, que siguió formando nuevos y buenos profesionales durante la última parte de la dictadura franquista, aun cuando la agitación política de aquellos años dañara su estabilidad y ocasionara finalmente su extinción en el curso 1975-1976, decretada por el ministro Sánchez Bella tres años antes.