Bécquer y las brujas

En 1864, Gustavo Adolfo Bécquer, aquejado por sus problemas de salud, se retira al Monasterio de Veruela.

Lejos del ruido y la actividad político-social de la capital, Gustavo Adolfo se sumerge en el paisaje del mítico Moncayo, el monte más misterioso de la geografía española.

Allí, el poeta, siguiendo su espíritu romántico, se dedica a pasear por los pueblecitos del lugar y descubrir un mundo nuevo lleno de costumbres de otras épocas y leyendas, leyendas que convergen en un pequeño pueblo a las faldas del Moncayo: TRASMOZ,”El Pueblo de las Brujas”, el único pueblo oficialmente maldito de España.

Sumergida en el acelerado siglo XXI, una joven poeta en crisis, encuentra las “Cartas desde mi Celda” de Bécquer. Atrapada por la historia decide seguir la ruta del poeta y descubrir las mágicas historias que siguen ocultas a la vista de los nuevos tiempos.

A través del marco de las cartas escritas por Bécquer para el periódico El Contemporáneo, y en especial la Carta VI, La Muerte de la Tía Casca, se irán desgranado las leyendas en confrontación con la realidad, dándose a conocer y analizar la historia de la brujería y los orígenes de la terrible caza de brujas; la poco conocida Inquisición Medieval, o la otra cara de la leyenda negra de la Inquisición Española.

El documental navega entre Bécquer y las Brujas. Por un lado descubre el lado menos conocido de Bécquer, su lado más humano, diferente a la popularizada imagen del poeta maldito, descubriendo la evolución de un verdadero artista, paciente, reservado, multidisciplinar y sonriente, y de una sensibilidad de tal grado, que ni sus amigos conocieron hasta que recopilaron sus Rimas después de su muerte.

La historia de Bécquer converge con las brujas con el eclipse de sol de 1860 y el eclipse de 1870 en su Sevilla natal, treinta minutos después de su muerte. Sus últimas palabras: “Todo Mortal”, dejaron en el aire hasta en su último aliento, su amor por el misterio.

El documental transcurre de la mano de Becquer y continua su legado trasladado al lenguaje audiovisual, recogiendo las historias populares como fuente del patrimonio cultural español, para que éstas tal y como Bécquer quería, no queden perdidas dentro de los acelerados tiempos modernos.