Brutalbox

Carlos Martín es un vendedor editorial y padre de familia que se ha quedado en el paro con cuarenta y tantos años. Con el fin de encontrar rápidamente un trabajo decide anunciarse en Internet –por Web Cam- en una página Web de ofertas y demandas de empleo. Pero el tiempo pasa y las ofertas no llegan. Su dramática situación personal y la desesperación le llevan a cometer una atrocidad: se corta un dedo delante de la cámara a la vista de todos. Este acto de brutalidad provoca el interés y el seguimiento de multitud de internautas. Como consecuencia, Carlos Martín recibe una interesante suma de dinero procedente de la publicidad que su salvaje acto ha generado. A raíz de este inesperado acontecimiento el ex vendedor ve la oportunidad de negocio y crea su propia página Web de contenidos extremos en Internet: BRUTALBOX. En tan sólo un año, la Web experimenta un espectacular crecimiento de sus cifras económicas: número de usuarios registrados, ingresos, publicidad… Esto hace que algunas de las principales multinacionales del sector se interesen en hacerse con su negocio. Una de estas compañía, INTERCONT, quiere anticiparse al resto y decide iniciar las negociaciones para intentar la compra de BRUTALBOX. Esta multinacional ve el potencial económico de los contenidos extremos de esta Web, como el de una joven que decide poner fin a su vida mediante una huelga de hambre –y retransmitirlo por Web Cam- en un acto de rebeldía hacia sus padres… o el de un fighter callejero que se dedica a dar palizas a los ciudadanos, grabarlas y colgarlas en Internet… o el de una sensual mujer que graba con cámara oculta sus encuentros sexuales y luego los expone en la Red como un contenido de sexo voyeur… Pero en BRUTALBOX las cosas nos son lo que parecen.