La voz dormida

Cárcel de mujeres de Ventas. Madrid, 1940. El ejército golpista del General Franco ha vencido. España entera es una cárcel. La represión está a la orden del día. Los vencidos no se conforman con su victoria, quieren exterminar a su enemigo. Todos y todas los que participaron en la guerra y que fueron del bando derrotado sufrirán la represión de los vencedores. No hacía falta haber matado, sólo con haber pertenecido a alguna organización de izquierda o ser sospechoso/a de haber pertenecido era suficiente. La Cárcel de Mujeres de Ventas estaba llena de este tipo de presas. Mujeres que habían luchado por la libertad, ahora sufrían la represión y las torturas. Nuestra historia, trata de la vida de un grupo de estas presas. Un grupo de mujeres con una historia terrible detrás. Dentro de este grupo destacamos a un personaje: Hortensia. Que será la protagonista junto con su hermana Pepita. Ambas de origen cordobés. Hortensia está embarazada. Fue detenida cuando intentaba ayudar a su marido (Felipe) que aún sigue luchando en la clandestinidad. Hortensia es juzgada y condenada a muerte. La ejecución no se llevará a cabo hasta que Hortensia dé a luz. Pepita, su hermana, se ha venido de Córdoba para estar cerca de su hermana y para hacerse cargo del hijo de su hermana. Pepita va todos los días a la prisión con el objetivo de que le entreguen el hijo de Hortensia. Suplica para que no lo den en adopción, para que no lo internen en un orfanato. El embarazo y lógico parto de Hortensia marcarán el tiempo narrativo de la historia. Un reloj biológico cargado de doble significado. La alegría de parir se contrarresta con la angustia de esperar la condena a muerte de Hortensia. Hortensia parirá una niña. Su ejecución se lleva acabo justo un mes después de dar a luz. Pepita se entera de la muerte de su hermana, el día que una funcionaria le entrega a su sobrina en la puerta de la cárcel. Ese día Pepita vive dos grandes y contradictorios acontecimientos: la entrega de su sobrina, símbolo de vida, y la noticia de la muerte de su hermana. Como una de las tramas paralelas se desarrollará la historia de amor de Pepita y Paulino. Paulino es un compañero de clandestinidad de Felipe, cuñado de Pepita y marido de Hortensia. Pepita, sin quererlo ni desearlo, se convierte en un puente entre las presas y los que luchan en la clandestinidad. Ella no quiere líos, eso sólo puede traer desgracias. Pero por más que se niega, se termina involucrando y, aún más, cuando se enamora de Paulino. A partir de ese momento, ya no sólo sufrirá por su hermana, ahora sufrirá también por su hombre. Paulino y Felipe caen presos en una redada de la policía. Felipe morirá por las torturas en la Dirección General de Seguridad si llegar a conocer a su pequeña hija. Paulino es juzgado y tiene la suerte de no ser condenado a muerte, sin embargo no se libra de una condena de 30 años de prisión. Pepita, profundamente enamorada, le promete que le esperará el tiempo que haga falta. Y Pepita es una mujer de palabra. Se resignará y esperará, como esperamos todos los españoles la llegada de la democracia y la libertad a este país.