Blancanieves nos deja sin palabras

450xberger[1]«Lo imposible», la película más taquillera de la historia del cine español, logra cinco premios, entre ellos el de mejor director. Maribel Verdú, por su primer papel de mala “malísima”, y el veterano José Sacristán, los mejores actores del año.

El cuento acabó bien. La Blancanieves muda, torera y en blanco y negro que vive en Andalucía de Pablo Berger “habló” en la XXVII edición de los Premios Goya al lograr diez de los dieciocho premios a los que aspiraba. Una decena de veces se pronunció Blancanieves en el Centro de Congresos Príncipe Felipe de Madrid, recinto que se estrenó como marco de una gala en la que el segundo largometraje de Bayona, Lo imposible, consiguió cinco reconocimientos, entre ellos el de mejor director, estatuilla que ‘Jota’ entregó a María Belón, la española en cuya experiencia real se basa la película que en la gran pantalla interpreta Naomi Watts. La británica era finalista al Goya a la Mejor Interpretación Femenina Protagonista, reconocimiento que se llevó Maribel Verdú por encarnar “a la mala más mala” del cuento: la madrastra. En su versión masculina, este trofeo fue para el veterano José Sacristán, que consiguió su primer Goya a los 75 años por meterse en la piel de un tonadillero asesino, el “regalo” que le hizo Javier Rebollo en El muerto y ser feliz y que también le valió la Concha de Plata en el último Festival de San Sebastián.

La noche del 17 de febrero dio para mucho más porque, en la que fue una velada llena de emoción, nervios, protestas, demandas, recortes y discursos reivindicativos, Las aventuras de Tadeo Jones conquistaron los Goya de Mejor Película de Animación, Guión Adaptado –Gorka Magallón, Ignacio del Moral, Javier Barreira, Jordi Gasull y Neil Landau–, y Dirección Novel –Enrique Gato–; el thriller policíaco Grupo 7 se hizo con dos –actor revelación y de reparto para Joaquín Núñez y Julián Villagrán, respectivamente–; y Candela Peña se hizo con su tercer galardón, esta vez como mejor actriz de reparto, por Una pistola en cada mano. La catalana hizo una petición: «Llevo tres años en el paro. Pido trabajo porque tengo un niño que alimentar».

En el palmarés de esta convocatoria, en la que no sacaron plaza ni El artista y la modelo ni Carmina o revienta, también están la producción francesa Intocable, la cinta hispano-cubana Juan de los muertos y la película documental Hijos de las nubes, la última colonia, un retrato de la comunidad saharaui con el que Javier Bardem alcanzó su segundo busto del pintor como productor. Y, como es tradicional, la ceremonia tuvo uno de sus momentos más emotivos con la entrega del Goya de Honor. Concha Velasco recogió este homenaje de manos de su sobrina, la actriz Manuela Velasco, y en medio de una fuerte ovación y con el público puesto en pie. Numerosos y cálidos aplausos a la incombustible ‘chica yé-yé’ a quien sus compañeros, entre otros Amaia Salamanca y Fernando Tejero, dedicaron un número musical. ‘La Velasco’ estaba feliz porque «ya tengo un Goya en mis manos, como Manuela».

De los cuentos al tamaño de las películas

“Somos una industria, y como tal tenemos que seguir haciendo películas, producirlas para nuestro público, familias y nosotros mismos. ¡Viva el cine libre!”. Palabras de Pablo Berger, que salió por la puerta grande y con una recompensa a los ocho años que estuvo implicado enBlancanieves: los diez goyas a la Mejor Película, Interpretación Femenina Protagonista –Maribel Verdú–, Actriz Revelación –Macarena García, que protagonizó el ‘minuto de oro’ de la gala al convocar a 4.982.000 espectadores cuando recibió el galardón, momento que registró una cuota de pantalla del 26,5%–, Guión Original –Berger–, Dirección Artística –Alain Bainée–, Diseño de Vestuario –Paco Delgado, que de todos los reconocimientos a los que ha estado nominado, incluido el Oscar, éste es el que más ilusión le hacía recibir “porque es el de nuestra cinematografía, a la que debo toda mi carrera”–, Canción y Música Original –Juan Gómez ‘Chicuelo’-Berger y Alfonso de Vilallonga, respectivamente–, Dirección de Fotografía –Kiko de la Rica–, y Mejor Maquillaje y/o Peluquería –Fermín Galán y Sylvie Imbert, que en sus agradecimientos se acordó de Elías, su casero–.

En su dedicatoria, el director y guionista vasco no se olvidó de las 539 personas que han participado en Blancanieves ni de los padres que cuentan cuentos a sus hijos y, mirando al cielo, se lo brindó a los suyos.

Y con sus progenitores, su hermana y su hermano gemelo vivió J. A. Bayona los cinco reconocimientos a su segunda obra, que solo en España ha conectado con más de 6 millones de personas. Haciendo verdaderos esfuerzos para que no se le saltaran las lágrimas, el mejor director del año para los académicos dijo que estaba bien «hacer películas grandes. El cine español necesita película grandes, medianas y pequeñas, y que vosotros os sigáis emocionando como nos emocionamos nosotros».

Conmovido, Bayona cumplió lo prometido y no se quedó con el Goya a la Mejor Dirección, a los que se sumaron los de Montaje, Dirección de Producción, Sonido y Efectos Especiales. Y es que esta distinción tiene como destino el mar porque, como manifestó María Belón, «es de las 230.000 víctimas» del tsunami que asoló Tailandia en las navidades de 2004.

Actores y productor

Fue su segundo Goya y, como el primero, lo anunció «mi ángel de la guarda», Jose Coronado. Maribel Verdú ofreció su trofeo «a la gente que ha perdido sus casas, sus ilusiones, la esperanza, su futuro e incluso la vida por culpa de un sistema obsoleto que permite robar a los pobres y dárselo a los ricos».

Para José Sacristán era el primero y se lo ‘entregó’ a Pedro Masó, el director que le dio una oportunidad frente a las cámaras. Ante un público entregado, Sacristán, que dio un caluroso abrazo a uno de sus rivales, Antonio de la Torre, confesó que don Francisco «se ha hecho de rogar, pero ha valido la pena esperar». Debutaba como ganador y declaró que había que «pelear muchísimo para hacer películas tan libres, valientes y amenazadas» como las que le habían ofrecido David Trueba y Javier Rebollo, «gente joven con talento y coraje, que saben de cine, lo aman, lo pelean», apostilló el de Chinchón.

Especial ilusión le hizo a Javier Bardem su segundo Goya como productor por el documental que apadrinó sobre el pueblo saharaui. «En el Sáhara no se puede recortar en salud porque no hay hospitales, ni en educación y cerrar escuelas como aquí porque no hay colegios. Tampoco se les puede echar de sus casas, porque llevan desahuciados 35 años. Es importante que nada de eso suceda aquí y siga sucediendo allí”, recalcó.

Voces y gestos

Con una parodia de la inolvidable Bienvenido Mr. Marshall se inició la ceremonia que, por segundo año, condujo Eva Hache. La actriz y presentadora segoviana prometió sorpresas y las hubo. Ácida, la anfitriona de los Goya 2013 aludió al IVA cultural, los recortes en educación y sanidad, la amnistía fiscal… Y entre las voces y los gestos políticos dio paso al discurso del presidente de la Academia, que en su segunda gala como máximo responsable de la Academia se pronunció contra la subida del gravamen, la piratería y la supresión del canon digital, y defendió el cine como una cuestión de Estado. «El cine es de sus creadores y de la sociedad a la que va dirigido. No pertenece, ni puede pertenecer, ni pertenecerá a ningún partido político. No es de los de la ceja, ni de los del bigote, ni de los de la barba, ni de los de ningún otro apéndice capilar. El cine nos pertenece a todos, es un derecho de los ciudadanos, y como cultura no es un complemento: es parte esencial de la vida», sentenció Enrique González Macho, que fue muy aplaudido en su intervención. Terminó su participación con una frase de Unamuno: «Solo el que sabe es libre. Y más libre el que más sabe. Solo la cultura da libertad. No proclaméis la libertad de volar, sino dad alas. No la de pensar, sino dad pensamiento. La libertad que hay que dar al pueblo».

El ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert –que aguantó el tipo y aseguró que de la noche se quedaba «con el récord de recaudación que había logrado nuestra cinematografía, 106 millones de euros»–, el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, y Susana de la Sierra, directora general del ICAA, asistieron a la ceremonia, en la que se recordó a los que nos habían dejado.

También hubo momentos para que Cayetana y Fernando Guillén Cuervo agradecieran «el profundo amor y el enorme respeto que habéis demostrado a mi padres»; para que Álex O’Dogherty se marcara un particular vals; para que Muchachada Nui contara chistes; para que Antonio Resines hiciera un número especial «porque el rap de la pasada edición…»; para que el actor de la historia cubana Juan de los muertosseñalara que en la isla «no hay nada, pero hacemos de todo»; y para que Belén Rueda, Goya Toledo, Jose Coronado, José Corbacho, Carlos Areces, Javier Cámara, Raúl Arévalo, Michelle Jenner, Álex González, Hugo Silva, Blanca Suárez, Quim Gutiérrez, Irene Escolar, Amaia Salamanca, María Valverde, Mario Casas, Enrique Urbizu, Gracia Querejeta y Alejandro Amenábar entregaran bustos del pintor de Fuentetodos en la gran noche de nuestro cine.