“El público es todo lo que soy y todo lo que fui, y a él le debo todo lo que tengo”

©Enrique F. Aparicio

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Encuentro en la Academia con Mariano Ozores, Goya de Honor 2016

«Estoy fatal del oído. Me tenéis que hablar fuerte, en plan simpático pero fuerte”. Mariano Ozores a sus casi 90 años mantiene el humor que ha presidido su vida. En el encuentro con los medios que protagonizó en la sede de la Academia con motivo de su Goya de Honor, el cineasta habló de sus 96 películas, de la importancia de sus actores, de las líneas generales de su cine y, principalmente, del público: «La razón es el público; se hace cine para el público, no para satisfacerse a uno mismo».

Ozores cree que el tiempo ha tratado bien sus películas, «muchas de las cuales se siguen emitiendo en varios canales de televisión con éxito de audiencia, lo cual me satisface mucho pues veo que la masa de público sigue siendo mía». Además, el Goya de Honor reveló que su secreto para conectar con el espectador es «la sorpresa». «Mis películas siempre tienen sorpresa, no solo una, sino varias; varias situaciones son inesperadas y varias frases son atrevidas, y eso ha hecho que al público le llame la atención mi cine”, explicó.

Las películas de Mariano Ozores siempre han reflejado la realidad social y polìtica de la época, por eso afirma que, de hacer una película ahora, «la haría de Podemos, un grupo de gente que se reúne y monta un partido político; el pueblo que se ha lanzado a la política es gracioso», y para su protagonista, «si viviera, elegiría a López Vázquez; sería un acierto». Esa parodia de la realidad hizo que en muchas ocasiones a los políticos no le sentaran bien sus historias, algo que Ozores ve «natural, pero no pasaba nada, se enfadaban y ya». Si los partidos políticos eran parodiados en sus producciones, no ocurría lo mismo con Franco «con el que no me metí nunca porque no tenía valor. Con la Iglesia tampoco me atreví. He hecho muchas escenas con sacerdotes y monjas, pero siempre con sentido del humor”.

El cineasta aseguró no tener ningún recuerdo malo de ninguna de sus películas, y recuerda que siempre comenzaba diciendo «señores, vamos a hacer una película y vamos a divertirnos». Sus rodajes eran rápidos, nunca duraban más de 4-5 semanas y aún no había terminado una película y ya estaba escribiendo otra, ya que «no se podía perder el tiempo, costaba mucho dinero perder el tiempo».

Acompañado por el presidente de la Academia, Antonio Resines, y por el director general, Porfirio Enríquez, el Goya de Honor opinó sobre el cine actual y afirmó que «la saga Torrente es una exageración de las mías y los ‘8 apellidos‘ es el cine que hay que hacer ahora, que es una crítica dura pero le gusta al público que es lo importante”.

Mariano Ozores también desveló el «secreto» de su cine: «La razón principal de la película era una sorpresa, y la adaptábamos a la situación del momento, eso era lo que la hacía interesante para el público. Siempre trabajaba pensando en el público; el respetable público es importantísimo. Es todo lo que soy y todo lo que fui, y a el le debo todo lo que tengo».

El cineasta recogerá su Goya de Honor en la ceremonia de entrega de los premios, que tendrá lugar el próximo 6 de febrero en Madrid. Este galardón, en palabras del presidente de la Academia, «es de Mariano, pero también es el reconocimiento a toda una saga, los Ozores, que siempre se ha preocupado de que el público lo pase bien».