«Cada proyecto es abrir una nueva etapa de tu vida»
Bruna Cusí levantó el Goya a la Mejor Actriz Revelación por Verano 1993
Bruna Cusí tuvo claro que lo suyo era el mundo de la actuación desde bien pequeña. Con un padre actor y doblador, a los seis años le decía a su madre que quería ser ‘actora’. “Siempre he tenido una idea muy fija. En verano hacía una obra de teatro con mis amigas y ahí me di cuenta de que le gustaba al público, que me aplaudían”, rememora. De la mano de Agustí Villaronga, Carla Simón y “mi familia de la película Ardara” esta intérprete ha dado el salto a la gran pantalla. Con el Goya a Mejor Actriz Revelación por Verano 1993, Cusí cierra un año de reconocimientos y nominaciones por esta cinta y por Incierta gloria, feliz “de haber participado en dos de las producciones más interesantes de 2017 y del reconocimiento de mis compañeros, que te da impulso para seguir trabajando con el mismo empeño”.
Por María Gil
El viaje de Verano 1993 lo ha hecho junto a su directora. “Carla aparece por sorpresa y te da un vuelco en la vida. Desde los primeros ensayos y el casting hasta los premios, hemos hecho el camino juntas”, manifiesta la actriz, que reivindicó el personaje de Marga, la madre/tía de la realizadora, como un papel femenino “real y complejo”, al que se sumaba el aliciente de que “existe y tuve la oportunidad de conocerla y comprender cómo había vivido la adopción del personaje de Frida”.
Cusí se considera afortunada por haber encarnado roles femeninos muy complejos en todas las producciones en las que ha participado. “A veces en las pruebas te encuentras con un prototipo de mujer muy estándar: ‘se busca chica guapa y divertida’ y ahí se acaba la descripción del personaje. Creo que ahora cada vez hay más personajes femeninos complejos y con contradicciones.”, afirma.
Agustí Villaronga fue uno de los destinatarios de sus agradecimientos en la noche de la gala. “Yo lo conocí en un momento en que me sentía muy formada y muy preparada e hice un curso con él y tuvimos un enamoramiento profesional. Tener esa conexión y encontrar un maestro fue una forma de creer de nuevo en el oficio. Él luchó muchísimo por mí para que hiciera el papel de Trini en Incierta gloria, porque yo era desconocida. Si no hubiera estado su película, quizá no me hubiesen llamado para Verano 1993.”, asegura.
Teatro, televisión, cortometrajes, videoclips… se suceden en la filmografía de Cusí, que reconoce que “ahora, si tuviese que escoger, lo que más me apetece es rodar un nuevo largometraje”. El futuro se vislumbra lleno de proyectos, como la obra ‘Que revienten los actores’, en el Teatro Nacional de Cataluña, la serie El día de mañana, de Mariano Barroso, y Ardara, de Ramón Fransoy y Xavier Puig, pendiente de estreno.
25 años después, esa niña que quería ser ‘actora’ sigue enamorada de este oficio, que este año le ha correspondido con nominaciones en los Premios Gaudí, Forqué y Medallas CEC y galardones en los Gaudí y en los Goya. “Que mi instrumento sea mi propio cuerpo, mi voz, mis emociones me parece algo muy bonito que no se puede comparar con otras profesiones. Yo soy una persona que necesita cambios y la actuación te permite vivir experiencias distintas y no caer en la rutina. Cada proyecto es como abrir una nueva etapa de tu vida”, reflexiona.