Entre la realidad y el deseo
Ser el fotógrafo oficial de la Academia de Cine ha sido un honor y un privilegio. Lo interesante en el contexto de los Goya fue lo inmediato, lo accidental, lo teatral y escénico, la comunicación no verbal en el control (o no) de sus apariencias. Existía ese espacio de borrosidad en los límites y patrones de representación de ellos mismos, que en el caso de los actores se alejan de la convención social operante, de los clichés o estereotipos.
Por Jorge Fuembuena
El set fue un templo donde se celebró una liturgia a la que estuvieron invitados más de 55 artistas. Las fotografías se construían con una naturaleza diferente, con un carácter más privado. Trabajé con un equipo. Resulta prescriptivo el control y la inmediatez, ser eficiente. En el Festival de San Sebastián existió esa analogía en la cadencia y el ritmo de trabajo: tuve dos minutos mágicos excepcionalmente con alguna de las estrellas como John Malkovich, Arnold Schwarzenegger, Monica Bellucci, James Franco, Agnès Varda…
Soy alguien con anhelo permanente de curiosidad, un niño que ha sobrevivido. Considero que la cualidad ineludible de cualquier buen retratista es la empatía, la cuestión humana, siempre desde la horizontalidad y buscando correspondencias emocionales con los retratados. La formalización del retrato siempre es impredecible. Es un misterio en sí mismo.
A lo largo de la última década he mantenido una intensa relación con el universo del cine, bien durante los rodajes de filmes como foto fija (con directores como Jonás Trueba, Paco León, Paula Ortiz o Helena Taberna) como en la presentación de los mismos en festivales como fotógrafo oficial (San Sebastián, Nantes, Marsella…) que es cuando existe una respuesta del espectador y se genera el diálogo necesario.
El cine me fascina. Resulta un interés fundamental en mi obra, ya que se mueve entre lo real y lo ficticio, entre la realidad y el deseo. El cine crea mundos posibles, universos imaginarios. De hecho, estoy cerrando en forma de libro un proyecto personal de creación visual en el ámbito de la investigación sobre el universo del cineasta Luis Buñuel, aragonés como yo. El proyecto busca las huellas del paso del cineasta por diversos territorios, generando un nuevo valor a los objetos encontrados y documentos de archivo como cartas, postales, fotografías degradadas o mapas. Han colaborado en el mismo Carlos Saura, Jean Claude Carrière, Juan Luis Buñuel, Chema Prado, Javier Espada o Juan Manuel Bonet.