Aritz Moreno | El hombre que festeja la ficción

Foto: ©David Herranz

El donostiarra aspira al Goya a Mejor Dirección Novel por Ventajas de viajar en tren, cinta que puede lograr hasta cuatro estatuillas en la gran noche del cine español

 

| por María Gil 

Nacer en una de las ciudades vinculadas al cine por excelencia, San Sebastián, no podía ser inocuo para Aritz Moreno, que con ocho años ya recuerda el impulso de hacer películas. Los primeros protagonistas de sus historias fueron los muñecos de acción, sus GI Joe articulados; y 31 años después ha debutado en el largometraje, acompañado de Luis Tosar, Pilar Casto, Ernesto Alterio, Quim Gutiérrez, Belén Cuesta y Macarena García en la inclasificable Ventajas de viajar en tren.

La novela homónima, de Antonio Orejudo, de la que parte esta adaptación tenía todo lo que le gusta, “esa mezcla de géneros, ese humor tan negro e incómodo y los diálogos tan brillantes, además de resultar un reto creativo. Me divierte mucho moverme en esos universos”, reconoce el realizador que, en cuanto leyó el texto, vio la película en su cabeza. “Estaba convencido de que podía funcionar en cine. Aunque no pase de las 150 páginas se podrían rodar tres cintas”, asegura.

Su bautismo en el séptimo arte llega después de años bregado en la publicidad y los cortos. En uno de ellos, Cólera, ya encontró a su perfecto Martín Urales de Úbeda, Luis Tosar. Pero reconoce que el camino no ha sido fácil, especialmente en el período de financiación. “Cuesta mucho llegar. Estoy debutando peinando canas ya. Hemos tardado seis años en levantarla Leire [Apellaniz] y yo. Necesitábamos compañeros de viaje con más músculo y experiencia que nosotros”, rememora.

Destaca la generosidad extrema de todas las piezas de este puzzle que compone su ópera prima –desde el autor del libro, al guionista Javier Gullón y la productora Merry Colomer, pasando por el elenco de “bestias de la interpretación”–, cuya estructura es a prueba de impuntuales: si llegas tarde a la sesión, te has perdido la mitad de la historia.

A este donostiarra el género le tira mucho y tiene especial cariño a la Semana de Terror de San Sebastián, “donde no se proyectan películas, se festejan”. Operación que ha repetido con Ventajas de viajar en tren a la que define como “ un juguete en sí misma, un artefacto de celebración de la ficción, del mero hecho de narrar historias. Y de la mano de la narración va la verosimilitud, que sin duda está sobrevalorada”, defiende, “somos los primeros en mentirnos sobre nosotros mismos a diario”.

Enemigo de infantilizar al público, cree que en propuestas como la suya habrá espectadores que entren y otros que no. Cuando él se pone en el lado de la audiencia, le interesan los filmes, “que provocan un cambio en mi estado de ánimo de la entrada a la salida, para bien o para mal. Las que me incomodan”. Y en esa línea van los títulos que cita como referencias para Ventajas este enamorado de Japón y su literatura– Magnolia, Canino, El Gran Hotel Budapest, El club de la lucha, Zodiac o la filmografía de los hermanos Coen –.

El próximo 25 de enero, Moreno puede levantar el Goya a Mejor Dirección Novel, uno de los cuatro premios a los que opta su ópera prima, a la que siente muy bien acompañada por sus competidoras: “además de la calidad, lo que me da más subidón, es la variedad y que estén representados géneros tan dispares”.

Algo tan cotidiano como viajar en tren o sacar la basura parecen peligrosos después de ver Ventajas de viajar en tren, pero al cineasta no le preocupa tropezarse con un desconocido que se ofrezca a contarle su vida. “Me temo que, en esos casos, el peculiar seré yo”, bromea este nominado, que sueña con dirigir algún día una película de Batman, “pero creo que no podría renunciar a cierto tipo de humor o atmósfera, que no sé yo si a DC les convencería demasiado”.