El ‘aquelarre’ de Goya | Sobre el Mejor Diseño de Vestuario

Foto: ©David Herranz

La diseñadora de vestuario Nerea Torrijos comparte cuáles fueron sus fuentes de inspiración para Akelarre, trabajo con el que ha logrado el Goya a Mejor Diseño de Vestuario

 

| Por Nerea Torrijos

Uno de los mayores retos de Akelarre fue tener que vestir a casi 200 figurantes en la secuencia de la playa, cuando los marineros zarpan a Terranova, una secuencia que finalmente no se montó.

El director quería una gama muy clara de color, y conseguir todos los trajes para esa secuencia, sin salirnos de la gama de color y conseguir algo realista, fue un desafío.

También lo fue recrear bien los tocados de la época. Es complejo conseguir plasmar la realidad de una forma orgánica, ya que eran tocados muy complicados, poco vistos, y me daba miedo que quedase un poco teatral… pero lo conseguimos, funcionan perfectamente y creo que suman mucho al diseño de Akelarre.

La inspiración para esta producción me vino por dos vías: el primer lugar el folclore vasco, la historia del verdadero proceso de Logroño. Empecé a leer los libros que Pierre de Lancre, que es nuestro juez Rosteguy, escribió una vez se fue de Navarra. Era un tema que ya conocía, desde luego era inspirador y pude documentarme bien desde ahí.

Y el segundo fueron los cuadros y pinturas tenebristas de la época. Fueron varios artistas… empecé a estudiar la luz, los colores, cómo podríamos mezclar la idea que Pablo Agüero tenía mas conceptual con nuestra identidad vasca, que en esa época era bastante distinta a la hora de vestir.

Y, sobre todo, mi inspiración curiosamente fue ‘El aquelarre’ de Goya para nuestro Akelarre. En el centro del cuadro aparece una chica que lleva una falda amarilla, como el vestido que después viste Amaia Aberasturi. Para mí Amaia representa a esa mujer, con un vestido amarillo, que cumple dos funciones muy importantes. La primera, cuando aparece por primera vez dentro de la cárcel, ilumina toda la estancia, ella es la que gana tiempo frente al juez, la referencia para las demás, el sol… la que les da algo de tiempo. Y, sin embargo, una vez llegamos al aquelarre, el fuego tiñe todo de amarillo, convirtiendo a Amaia en una mas, fundiéndose todas en una, ya que para realizar esa reunión debía ser así, todas son iguales.

Este Goya ha supuesto para mí una sorpresa y una ilusión inmensa. Estoy muy feliz.