Jone Laspiur, el descubrimiento

Foto: ©Papo Waisman

Con Akelarre y Ane, que le valió el Goya a la Mejor Actriz Revelación, la donostiarra es uno de los talentos del momento

| Por Chusa. L. Monjas

Jone Laspiur sabe que, a los 25 años, es muy probable que lo mejor esté aún por llegar. La intérprete donostiarra, uno de los talentos con mayor proyección del momento, ha entrado a formar parte de la lista de intérpretes que han ganado el Goya a la Mejor Actriz Revelación.

Un premio que ha disfrutado muchísimo y que logró por Ane, una de las dos películas que rodó en 2020, año que arrancó con Akelarre y continúo con este retrato sobre la incomunicación de una madre y su hija adolescente. Un papel que ha sacado del anonimato a esta joven que estudió Bellas Artes y que ponía voz a los coros de un grupo de música de San Sebastián, su ciudad.

Como en las buenas historias, todo comenzó con una casualidad. Laspiur, que había hecho talleres de teatro, fue a tocar con su grupo al pueblo de sus padres, Eibar, concierto que “entusiasmó” a la compositora Maite Arroitajauregi, quien le comentó que estaban buscando chicas con experiencia en música y baile para una película. Ella daba el perfil y, desde Perú, donde viajó con un proyecto de colaboración, envió un vídeo “malísimo” que se hizo a si misma. 800 chicas se presentaron al cásting y ella fue una de las que formó parte de este grupo de jóvenes vascas acusadas de brujeria en 1609, la historia que cuenta Akelarre.

Tampoco esperaba estar en Ane, producción para la que hizo pruebas “junto a chicas que tenían experiencia y a las que admiro”. A los suyos les dijo: “no os hagáis ilusiones porque no creo que salga”. Salió y fue la adolescente introvertida y con muchas preguntas sin respuesta en el que es el primer largometraje de David Pérez Sañudo. Rodado en Vitoria y en euskera, Ane la hizo mirar hacía atrás, “rencontrarme con mi yo de 17 años y entender a su agobiada madre cinematográfica, Lide (Patricia Lopez Arnaiz). “Me encantó trabajar con ella. Desde el día que hicimos la prueba hubo una química muy potente entre nosotras. Tiene una presencia muy fuerte, muy potente, hay mucha verdad y una parte misteriosa en ella y en el trabajo que hizo. Creo que tiene una carrera por delante bonita y que va a currar mucho”, dice Lopez Arnaiz.

“Es una película fresca que muestra personajes reales, con sus contradicciones e imperfecciones”, ha explicado la joven actriz, para quien fueron fundamentales las conversaciones que mantuvieron el director, los guionistas, su compañera en la gran pantalla y ella misma. “Pasamos muchos ensayos hablando, para intentar entender las razones para los impulsos de estos personajes”.

Akelarre fue “un máster intensísimo de interpretación, de ver cómo se hace el cine”; y filmando Ane se sorprendió cada día descubriendo cosas. “Se da mucha información de mi personaje a través de la mirada de los otros, sobre todo de mi madre”. Cuando vio las imágenes de lo que había hecho Patricia Lopez Arnaiz ,“supe que el trabajo que yo había hecho encuentra coherencia con el suyo”, ha confesado.

Después de conocer, vía telemática y desde una casa rural en Burgos junto al equipo de la película, que había ganado la estatuilla que dedicó a las personas que le han ayudado en su camino y sobre todo a su madre, “por transmitirme la espontaneidad y alimentar siempre mi imaginación, la creatividad y el arte”, ha recibido muchas felicitaciones. Las que más la han llegado han sido “las de gente cercana de mi barrio como el tabernero, el vecino con el que hasta ahora no había hablado, y las de mis amigos y familiares”.

Dos películas, un corto –Polvo somos– y varios capítulos de la serie Alardea han contado con Laspiur. Decidida y valiente, está en un momento en el que tiene clara su opción: seguir trabajando y aprender todo lo que pueda. Viene pisando fuerte, y tiene varias propuestas a las que tiene ganas.