Un viaje emocional y sonoro | Sobre el Goya a Mejor Sonido

Foto: ©Papo Waisman

Eduardo Esquide, Juan Ferro y  Nicolas de Poulpiquet, ganadores del Goya a Mejor Sonido por Adú, junto a Jamaica Ruíz García, hablan de los desafíos de que supuso este premiado trabajo

 

| Por Eduardo Esquide | Sonido directo

Para mí Adú fue un regalo que me permitió fusionar lo personal y lo profesional como una sola cosa, una película necesaria y distinta que me dio la posibilidad de trasladarme a África teniendo un niño de cuatro meses en casa y ver la suerte que tienen algunos simplemente por nacer en otro lugar.

Un desafío sonoro en todos los sentidos, al ser nuestros pequeños actores niños que no habían visto una cámara de cine jamás y había que tratar de ‘educarlos’ en la dura tarea de hacer frente a las necesidades de un set de rodaje. Pero no solamente ese era el desafío, había muchos más, un rodaje extremadamente exigente en nuestra atención, siempre en estado de alerta tratando de hacer respetar las necesidades sonoras del rodaje en lugares extremadamente ruidosos y en los que nuestras peticiones no eran comprendidas en absoluto por parte de la población, todo esto tratando de buscar la excelencia en nuestro trabajo. Difícil no, complicadísimo.

| Por Juan Ferro | Diseño de sonido

La historia de Adú plantea viajes opuestos pero simétricos, dolorosos e involuntarios.

Por un lado está el de Adú, Alika o Massar, que parten de África para intentar llegar desesperadamente a Europa, y por otro está el de Sandra, Gonzalo o Mateo, que se adentran en un continente africano al que no pueden o no quieren integrarse y comprender.

El mayor reto del diseño de sonido de la película consistía en dotar de personalidad documental a cada una de las paradas de esas travesías (Camerún, Senegal, Mauritania, Marruecos, Melilla) sin perder de vista la necesidad dramática de evidenciar el estado emocional de los personajes que las están viviendo en carne propia.

Junto con el equipo de editores escuché atentamente muchas, muchísimas, horas de grabaciones de campo realizadas en esos parajes intentando encontrar los elementos más significativos para contar cada secuencia. Así aparecieron los inquietantes insectos de la selva de Camerún, los sonidos musicales de las calles de Senegal o las imponentes llamadas al rezo de Mauritania o Marruecos. También, siguiendo la misma dirección, realicé grabaciones de estudio tanto en Cotonou (donde se rodó gran parte de la película) como en Madrid con grupos de actores autóctonos que ayudaron con sus voces a construir los ambientes de mercados, calles, hospitales, comisarías o aeropuertos.

Espero haber alcanzado mi objetivo haciendo crecer emocional y sensorialmente la compleja experiencia que supone Adú.

| Por Nicolas de Poulpiquet | Mezclas

La mezcla fue realizada a cuatro manos, compartiendo con Juan Ferro los diferentes elementos: diálogos, efectos, ambientes, foley y música. Hemos tratado en cada momento de ser fieles a cada situación, retratando secuencia por secuencia el viaje de Adú hasta nuestro país. Un viaje sonoro por la selva africana, sus pueblos, ciudades… una mezcla envolvente pero sobria, cuidando cada detalle al máximo.

Adú deja mucho que pensar sobre el mundo en el cual vivimos, que tomemos conciencia de la situación privilegiada en la que nos encontramos y que debemos de luchar por un mundo mejor.

En definitiva, todo un viaje emocional y sonoro el que nos propuso Adú y que terminó con la alegría del Premio Goya 2021 al mejor sonido. Una vez más, ¡gracias compañeras y compañeros académicos!