Y el Goya de Honor es para…

Foto de Jaime de Armiñán

Goya de Honor 2014 · 28 Edición

Jaime de Armiñán

Director y guionista

Madrid, 1927

La calle del Prado en Madrid, colindante a la castiza Plaza Santa Ana y el sagrado Teatro Español, vio nacer en marzo de 1927 a un cineasta singular, lúcido, prolífico y talentoso. Hijo de Luis de Armiñán, periodista en El Heraldo de Madrid y de la actriz Carmen Oliver, que alejó sus pasos de la interpretación tras pasar por la vicaría, el pequeño Jaime parecía condenado desde su nacimiento a mezlarse en su trayectoria con el mundo artístico y cultural. Era tan solo un chaval cuando tras una nueva incursión de su madre en el teatro, Jaime de Armiñán se cruzó en su camino con Fernando Fernán Gómez.

Lo suyo iba a ser el cine. Al contraer matrimonio con la intérprete Elena Santonja, a Jaime de Armiñán se le abrieron las puertas de Televisión Española, casa en la que comenzó escribiendo como ‘negro’ para ella y el espacio ‘Entre nosotras’. No saldría bien aquella experiencia al ser ambos expulsados de la cadena pública al sentirse aludida la esposa de un ministro al oír en televisión que alguien tenía “cara de pera”, pero desde entonces las relaciones del realizador madrileño con TVE serían constantes. Fue el responsable en esa etapa de series como Las doce caras de Juan, Galería de maridos, Tiempo y hora o Fábulas. Sería su amigo Adolfo Marsillach el que le propusiese para su primera aparición como guionista en unos títulos de crédito cinematográficos –El secreto de Mónica, de José María Forqué (1961)–. A partir de ahí, otros guiones le fueron encargados: La becerrada, Las gemelas, El juego de la verdad, Un tiro por la espalda, Tengo 17 años, Yo he visto la muerte, La muerte viaja demasiado,… hasta debutar en 1969 como director de cine con Carola de día, Carola de noche, filme protagonizado por Pepa Flores y Tony Isbert que contaba una historia tras el triunfo de la revolución, la de la joven y hermosa heredera al trono que abandona su país para salvar su vida.

 

Mi general

Jaime de Armiñán en el rodaje de Mi general

 

Tras su opera prima vino La Lola dicen que no vive sola y Mi querida señorita, título que le dio el espaldarazo definitivo. Coescrita y producida por el recientemente desaparecido José Luis Borau, fue nominada para el Oscar de Hollywood, galardón que fue finalmente a las manos de Luis Buñuel –“Cukor, que hacía de maestro de ceremonias, se quedó tan fascinado con José Luis López Vázquez que no dudó en ofrecerle un papel en Viajes con mi tía”, rememoraba el cineasta cuando se le pedía que recordase aquel acontecimiento–. Fue esta película la primera que trató en su filmografía sobre los amores heterodoxos –transexualismo, despertar erótico infantil, relaciones amorosas de personajes veteranos,…–, temática que marcaría su carrera con el paso de los años.

Siempre intentó sorprender, por eso hizo que López Vázquez diera vida a una señora de provincias en Mi querida señorita; narró una relación amorosa entre un maduro Héctor Alterio y una adolescente Ana Torrent en El nido; y puso a Fernando Fernán Gómez el traje de un alto oficial que debe volver a la escuela con sus colegas en Mi general. Un casto varón español, El amor del capitán Brando, Jo, papá, Nunca es tarde, Al servicio de la mujer española, En septiembre, Stico, La hora bruja, MI general, Al otro lado del túnel y El palomo cojo completan la filmografía de este realizador que destacó por ser extemporáneo a su tiempo y a su cine. 14, Fabian road es su última película como director, en la que dirigió con 81 años a las actrices Ángela Molina, Ana Torrent y la argentina Julieta Cardinali, y con la que pasó por el Festival de Málaga.

En su discurso del Goya de Honor, quiso que el público recordase a José Luis Borau “por aragonés y jotero. Viva la jota, viva Aragón y viva el cine español”. Genio y figura.

 

Miqueridasenorita

©Mi querida señorita

©Enrique Cidoncha