Sin duda, este año asistimos a una gran selección de películas cortometraje de ficción. Estas cinco películas son una muestra clara y fehaciente de la calidad envidiable por la que atraviesa la industria del cortometraje en nuestro país. Cada obra, cada historia, con su personalidad, su punto de vista, su equilibrio y su estilo narrativo es una clara representación de la base y la columna vertebral donde se va a sustentar el futuro más inmediato de nuestro cine.

Los estilos evolucionan, las formas de rodar están en continua transformación, pero la esencia de lo que conecta con el público siempre acaba siendo igual: una historia y un punto de vista que te emocione, divierta y en la medida de lo posible, te invite a reflexionar. Cuando algunos de estos aspectos o a poder ser todos (empresa, realmente, difícil) conecta contigo, se produce la magia.

Es una alegría enorme presenciar el nivel envidiable de nuestros cineastas. Y lo digo de manera absolutamente sincera. Es un orgullo y un verdadero disfrute como espectador poder compartir las obras que se están llevando a cabo en los últimos años en nuestro país y la selección de este año es, sin duda, una muestra de ello. Dicho esto, me gustaría transmitir mi más sincera enhorabuena y mi admiración como director a Alexis, Damiá, Lluis, Susana y Juanjo por sus trabajos. Espero y deseo que sigan compartiendo durante mucho tiempo su cine con todos nosotros.

Por Daniel Guzmán

 bla bla bla

Bla, bla, bla | Alexis Morante 

Conciso, certero y sorprendente. Cine con contenido e intención. A través del humor y la humanidad te transporta al interior de su relato. Consigue desde el primer minuto que entres en la convención de la historia y te lleva de viaje con sus protagonistas hasta su destino final. Durante el viaje sonríes, te hace reflexionar, juega contigo, da una vuelta y finalmente cumple la expectativa. Es una idea clara, concisa y bien desarrollada. No sobra ni falta nada. Todos los elementos suman, utilizando el sonido y la música con intención y sentido. A mi modo de ver, es un cortometraje que consigue lo que se propone. Una buena dosis de realismo mágico y social.

la invitación

La invitación | Susana Casares

Su emocionalidad te atrapa desde el primer plano. La inocencia de nuestra niñez se ve a través de los ojos de su protagonista. Cine coherente, sin edulcorar ni explicar. La virtud de la sencillez. Elegante en su estética e iluminación consigue mantener tu interés cerrando la historia con sutileza e inteligencia al dejar la puerta abierta. Cine que sugiere con lo que no se ve, pero está contado. Posee el acierto de entrar y salir en el momento adecuado con ritmo y melodía. Ese tipo de cine que cuando lo estás viendo sabes que está atrapando tu emoción sin saber porqué. Una invitación que se disfruta desde el principio hasta el final.

graffiti

Graffiti | Luis Quílez Sala

Impresionante. Poesía visual, cine puro. Historia precisa, exacta, desconcertante y de asombrosa elegancia en todos los sentidos. Una caricia visual y sonora de un increíble y asombroso nivel narrativo. Imprevisible, mágico. Crea y alimenta, progresivamente, tu interés desde la primera imagen hasta el último sonido… El tempo del montaje es brillante. Maravilloso. Dura, exactamente, lo que tiene que durar. Desmonta cualquier prejuicio y reticencia sobre la duración de una película cortometraje. Es un disfrute absoluto para todos los sentidos. Inquietante, específico y certero. Conexión absoluta de contenido y forma. La imagen clara de un gran cineasta. Valiente en la creación y brillante en la ejecución. Todo en esta obra desprende intención. Una historia de amor diferente, especial en la esencia y sin artificio en la narración. Un regalo para cualquier espectador que desea disfrutar del placer del buen cine. Ese cine que se queda dentro. Sin duda, un brillante cineasta, un autor con mirada, talento y oficio.

en la azotea

La azotea | Damiá Serra

Cuando uno comienza a ver la presentación costumbrista de La azotea intuye que detrás de esta película hay un autor con oficio y formación. Y al final uno acierta. Viendo el rodaje de cada plano, cada encuadre, cada movimiento de cámara en mano, cada detalle de su planificación que conforma el estilo visual elegido, uno entiende que hay una unidad autoral. Sin duda, sello claro y seguro de la siempre interesante y brillante pedagogía de la ESCAC. Esa escuela que sabe de cine y lo que es aún más importante, sabe formar cineastas. La azotea es una historia con contenido integrador que habla de la importancia de la aceptación personal en esa franja tan dura y maravillosa que es la adolescencia. Película cortometraje de gran solidez y solvencia, con un montaje preciso que genera el ritmo exacto que se propone. Una propuesta que destila una gran veteranía. La de alguien que maneja de forma clara el lenguaje narrativo.

timecode

Timecode Juanjo Giménez

Uno de los cortos destacados del año. Con una historia diferente, personal y de una gran elegancia estética que evidencia la solvencia y maestría de su autor. Con un brillante ritmo, te adentra en la historia para embriagarte de la belleza y la poesía de la danza, el baile, la expresión corporal a través de la relación de sus personajes protagonistas. Tanto la planificación como la estética y la luz dotan de una brillante unidad a la obra. La originalidad de su historia y su perfecta ejecución te transporta a lo largo de su metraje. Sin duda, el dominio del lenguaje visual y narrativo de su autor consigue aunar todos los elementos necesarios para contar sin explicar una historia sobre la evasión de la rutina laboral y las relaciones humanas. Una gran obra que satisface, sin duda, las necesidades del espectador y nos presenta a un autor de absoluta solvencia que entiende y transmite de forma perfecta el lenguaje cinematográfico.