La gran Arantxa
La lucha, la profesionalidad y el carisma de Arantxa Echevarría, Goya a Mejor Dirección Novel por Carmen y Lola, vistos por la productora Beatriz de la Gándara
Por Beatriz de la Gándara |
Cuando me llamaron para una colaboración en la revista de la Academia, me encontraba en plena mudanza, sin Internet y con pocas energías y recursos. Les dije que me era imposible. Pero cuando me comentaron que era para hablar sobre Arantxa Echevarría, en un número especial dedicado a los Premios Goya, contesté inmediatamente que sí, que ya me las arreglaría.
Arantxa es un ser especial y maravilloso que se merece todo, porque ella siempre lo da todo.
Conocí a Arantxa a través de Chema de la Peña. Producíamos juntos una película, Evelyn, de Isabel de Ocampo, y ella era la directora de producción. Vino a nuestras oficinas y recuerdo que me impresionó desde el primer momento. Por su simpatía, su entusiasmo y su profesionalidad. Me conquistó.
Una de las grandes cualidades de Arantxa (y tiene muchas) es que siempre está de buen humor. En los momentos de mayor crisis, ella responde con su eterna sonrisa, propone soluciones, y jamás dice “no es posible”. Y lo bueno es que siempre lo resuelve sin aparente esfuerzo.
Intenté volver a trabajar con ella en varias ocasiones, pero siempre estaba ocupada. Rodando cortos, en la producción de películas y publicidad en cualquier parte del mundo, en las cosas más insospechadas, pero siempre relacionadas con esta profesión que lleva en las venas.
Volvimos a coincidir en un trabajo un poco surrealista. La llamé para que me ayudara en las localizaciones con unos indios que querían rodar en España. Su intención era explorar la zona de Castilla y León y allá nos fuimos con la furgoneta de su inseparable Miqui, a acompañar a un extraño grupo que llegaba de la India a buscar escenarios para su película.
Al instante, los indios cayeron rendidos ante Arantxa.
Cuando terminamos y ya partían de vuelta a la India, todos se habían hecho con su teléfono y el correo, y durante un tiempo mantuvieron el contacto.
Por supuesto, la película nunca se hizo.
Pasaron unos pocos años, y de nuevo la llamé para nuestra reciente producción Antes de la quema, de Fernando Colomo.
Ya había rodado y prácticamente terminado su primera película, Carmen y Lola, y andaba presentándola en festivales con el fin de darle un empujón de salida.
Vi la película, que me envió, en una penúltima versión. Me quedé admirada. Reconozco que me acerqué a ella con cierta prevención porque me parecía un tema difícil y arriesgado.
Pero Arantxa lo ha vuelto hacer. El tema está tratado con una enorme sensibilidad, con elegancia, naturalidad y con respeto. Y hay un enorme trabajo detrás que apenas se nota.
Continuamos con nuestra película y cuando regresábamos de Cádiz, de rodar unas secuencias durante unos días en el carnaval, Arantxa me soltó la bomba. “No puedo continuar, acaban de seleccionar Carmen y Lola para la Quincena de Realizadores en Cannes”.
A partir de ahí ya sabemos todos lo que pasó.
Arantxa, después de muchos años de lucha, trabajo y esfuerzo, nos ha conquistado a todos con una película que recorre el mundo acumulando éxitos y excelentes críticas.
Y yo no puedo alegrarme más porque, si hay alguien que lo merece, es ella.