Olivier Arson. Tecno para una caída

Foto: ©Alberto Ortega

El compositor de cabecera de Sorogoyen se alzó con el Goya a Mejor Música Original por El reino

 

Por David Rodríguez Cerdán |

No ha debido ser nada fácil para los académicos adjudicar en esta ocasión el Goya a la Mejor Música Original: las cuatro candidatas eran cualitativamente sensacionales y estilísticamente muy diversas entre sí, pero al final el eficaz technoscore de Olivier Arson para El reino ha captado la mayoría de votos. Primera nominación y primer Goya para el compositor de cabecera de Sorogoyen –Stockholm (2013), Que Dios nos perdone (2016) y el corto ganador del Goya Madre (2017)–, que no se lo vió venir. «Me cogió muy por sorpresa y estuve un rato algo aturdido. Una de las cosas más especiales fue poder compartirlo con casi todo el resto de nuestro equipo, que somos todos amigos. Luego me quedo con los mensajes de amigos y familiares que se han emocionado por mí, tampoco me lo esperaba y fue muy bonito de vivir», reconoce.

La idea de Sorogoyen y Arson era que la espiral de supervivencia de ese rey destronado que es el Manuel López-Vidal interpretado por Antonio de la Torre fuese musicalmente inmersiva, como cuenta Arson. «Estoy muy contento del uso que hemos hecho de la música, tanto a nivel narrativo, donde se trataba de mantener a esos personajes pegados al suelo, y también conceptual, ya que queríamos que el espectador no fuera capaz de respirar. Era una apuesta arriesgada y fue una alegría ver que la gente valoró esos matices, más allá del ritmo que puede dar a la historia». La experiencia inmersiva adquiere en el score de Arson la forma de una especie de mad rave tecno-trance realizada sobre medios exclusivamente electrónicos, donde los loops, las texturizaciones y las bases rítmicas se funden en un perpetuum mobile de oscuros pulsos y asfixiantes sonoridades para conectar el típico estado de trance casi alucinógeno de una sesión DJ con la frenética carrera contrarreloj de Manuel por salvar su imagen mientras tira de la manta. Recordando las palabras del compositor con ocasión de su candidatura: «queríamos obligar al espectador a no pestañear y que no tuviera tiempo de pensar: por eso al principio la música es frenética y machacona y luego va desapareciendo en el último tramo hasta que el espectador se estrella contra el silencio».

Sorogoyen y Arson no se permiten ni un respiro tras el Goya, ya que ambos están trabajando en su nuevo proyecto conjunto: la adaptación al largometraje del corto Madre, «donde estoy componiendo una música mucho más contenida para una orquesta de cuerdas», adelanta el músico. Pero entre tanto, Arson no abandona sus proyectos y seguirá dando mucho de qué hablar con su transdisciplinar Territoire, una experiencia que junta música y vidoearte. «Y, si todo va bien, habrá más proyectos a la vuelta del verano», concluye.